Acertada decisión

Los habitantes del municipio tzotzil de Chalchihuitán eligieron el domingo pasado un concejo municipal para que concluya la administración correspondiente al trienio 2018-2021.

Con ello se desactiva, en teoría, el conflicto político social provocado principalmente por el ahora ex síndico municipal Hermelindo García Núñez y la exalcaldesa Margarita Díaz García -ahora presos en el penal de El Amate-, quienes ganaron las elecciones del 2 de julio del año pasado, postulados por el Partido Acción Nacional (PAN).

La situación en ese municipio era ya insostenible por la actuación de ambos servidores públicos, que, a juzgar por los resultados de las auditorías realizadas por las autoridades correspondientes, dispusieron o desviaron recursos públicos destinados para las comunidades y sus habitantes.

El exsíndico, quien era el que en realidad tenía el poder y controlaba el ayuntamiemto, es dueño, según los pobladores opositores, de una constructora con la que hacía las obras del municipio, con lo que ganaba mucho dinero.

Ello provocó un choque con varios dirigentes del municipio, que le exigieron contratar otras constructoras para quedarse también con una parte de los diezmos, cada ves más peleados a todos los niveles.

La negativa de Hermelindo ocasionó que las diferencias se ahondaran al grado de que la mayoría de comunidades y sus pobladores se le fueran en contra y pidieran su destitución y la conformación de un Concejo Municipal que hace tres meses se antojaba poco probable que fuera autorizado por las autoridades estatales, aunque había elementos, pues desde marzo pasado estaba cerrada la alcaldía y la presidenta y el síndico despachaban (es un decir) fuera del municipio.

Parece que lo que finalmente dio el último empujón al asunto fue la petición que personalmente le hizo al presidente Andrés Manuel López Obrador durante su pasada visita a Chiapas entre el 5 y el 7 de julio, el profesor Marcos Pérez Gómez, uno de los líderes opositores de Chalchihuitán, en el sentido de que fueran destituidas las autoridades municipales.

Fue así como en menos de una semana después de esa petición fueron encarados la presidenta municipal y el síndico, lo que abrió la puerta a la integración del concejo municipal. El ayuntamiento constitucional prácticamente había desparecido desde hace varios meses, pues los regidores habían desertado ante el grave problema que se vivía en el municipio.

Lo mejor en este caso es que no fue necesario realizar elecciones convencionales con la presencia de paridos políticos, sino que el concejo fue elegido mediante el sistema de usos y costumbres, a mano alzada.

Una de las ventajas es que de esta forma se diluyen en cierta forma los partidos políticos con candidatos y la elección se vuelve de algún modo un poco ciudadana.

Claro que aunque sea atrás los partidos políticos hacen su trabajo. A esta Rotonda Pública llegaron denuncias, por ejemplo, de que los ganadores del plebiscito pagaron el transporte de muchos habitantes para que acudieran a votar el domingo pasado, además de 500 pesos por persona.

De esta forma ganó Sara Núñez Sánchez, esposa de Rafael Pérez Orozco, excandidato de la alianza PRI-PVEM (que quedó en segundo lugar) en las elecciones del 2 de julio del año pasado. Es decir, el tricolor regresa al poder en Chalchihuitán y como es la costumbre en los municipios indígenas, lo más probable es que el va a tener el poder es el esposo de la presidenta del concejo.

Ojalá las nuevas autoridades hayan aprendido la lección de sus antecesoras y se dediquen a gobernar y a servir al pueblo, no a servirse de los recursos públicos.

Es deseable también que otros alcaldes hayan tomado nota de lo que pasó en Chalchihuitán y traten de conducrise por los caminos legales -algo lejano, desde luego- para evitar que les pase lo que a Hermelindo y a Margarita, que ahora están tras las rejas.

Y por otra parte, qué bueno que las autoridades estatales decidieron dar los pasos necesarios para tratar de encontrar una solución al conflicto político que desde principios de este año se generó en Chalchihuitán.

Lo más importante es que el plebiscito del domingo pasado transcurrió en completa calma, sin reporte de incidente alguno, pues la elección se llevó a cabo en completa paz, como deberían de ser los comicios. Ojalá que así sigan la situación en ese municipio de los Altos de Chiapas que en los últimos años se ha visto envuelto en conflictos diversos.

Por cierto, habrá que esperar qué actitud toman las nuevas autoridades respecto al diferendo con el vecino municipio de Chenalhó por la disputa de tierras ubicadas en los límites entre ambos, pero esa es harina de otro costal.  

Picotazos

Vaya desde este espacio todo mi apoyo para Martín López, uno de los representantes de la colonia Maya de San Cristóbal de Las Casas. Pocas personas tan decentes y comprometidas con los demás y con la defensa del ambiente como él. Es un luchador social como pocos, por lo que seguramente no prosperarán las acusaciones que le han inventado por los intereses de construir un fraccionamiento en terrenos no aptos, que colindan con la colonia. Por ello, muchas personas han expresado su respaldo incondicional a Martín y a su familia. Sí, todos somos la Maya. Ánimo, estimado Martín. Fin