¡Calabacita, tía!

Se acerca el Día de Muertos y muchas personas y familias se preparan para recordar de diferentes formas a quienes ya partieron físicamente de este mundo.

Podría decirse que la celebración de ese día en México es única y varía según cada región del país, pero en todas partes está presente en general un espíritu festivo, aunque como es lógico salpicado por la nostalgia y la tristeza por los seres queridos que se han adelantado.

Flores, altares, música y mucha, mucha comida para los vivos y para las almas de los muertos es el común denominador de la celebración del 2 de noviembre, aunque en varias partes comienzan desde el primero, dedicado a todos los santos.

En las comunidades indígenas la celebración está llena de tradiciones prehispánicas que en muchos casos se mantienen con algunas variaciones provocadas por la invasión cultural de occidente.

En las comunidades indígenas de los Altos de Chiapas la celebración del Día de Muertos es conocida y concebida como la Fiesta de las Almas (“k’in ch’ulelal”, en tsotsil) -qué bonito- y se realiza en un ambiente de convivencia familiar entre vivos y muertos.

Por fortuna, muchas de las costumbres y tradiciones antiguas se mantienen en las comunidades, lo que fortalece la riqueza cultural nacional y da identidad a este país.

Sin embargo, la influencia de la cultura occidental ha ido penetrando poco a poco, sobre todo en las zonas urbanas en las que desde hace algunos años es cada vez más común escuchar hablar sobre el Halloween (Día de Brujas), que nada tiene que ver con la celebración nacional.

Con el increíble avance de las comunicaciones y la tecnología, ahora es muy fácil la penetración de otras culturas, que poco a poco van acabando con las tradiciones locales.

Por ello, es muy importante preservar nuestra cultura, siguiendo la costumbre y las tradiciones de los antepasados para mantenernos fuertes, pues un país, una región sin cultura propia pierde identidad y se debilita socialmente.

Las autoridades, las familias, deben de tratar de inculcar desde la casa y la escuela las tradiciones para que no mueran, sino que se mantengan vivas para que las próximas generaciones las sigan conservando como una riqueza cultural.

En pocos países como México, la celebración del Día de Muertos tiene una connotación tan festiva y colorida, al grado que el año pasado se estrenó una película que resultó un éxito: “Coco”.

Muchas personas de otras naciones viajan a México en estas fechas para asistir a los panteones, sobre todo de comunidades y pueblos indígenas en los que prevalecen tradiciones ancestrales.

Desde luego que Chiapas es uno de los estados del país con una de las mayores riquezas en este sentido, por lo que es necesario mantenerlas y fortalecerlas desde todos los ámbitos, mediante la difusión, la promoción y la realización de concursos de altares, por ejemplo.

Qué bonito se escucha cuando grupos de niños tocan la puerta y cantan: “Somos angelitos, bajamos del cielo, pidiendo calabacita para que comamos. No queremos vino, tampoco cerveza, lo único que queremos es lo que hay en la mesa. Calabacita, tía”. Y el agradecimiento cuando reciben algún dulce, alguna fruta: “¡Qué viva la tía!”. O al revés, la sentencia cuando nada reciben: “¡Qué muera la tía!”, mientras siguen tocando puertas y llenando las bolsas que tan felices los hace.

Ojalá que no se olvide la costumbre de pedir “calabacita, tía” y que en lugar de enojarse, los moradores de las casas se preparen durante estos días con dulces, frutas o lo que sea la voluntad de la “tía” para repartir a los “angelitos”.

Pero, sobre todo, que las costumbres y las tradiciones no se debiliten ni desaparezcan y que en torno a una tumba, a un altar, la familia se reúna para recordar a quienes simplemente se han adelantado, aunque algunos con sentido del humor exclamen cuando ven pasar a una persona en un féretro: “Camino que todos llevan”.

Picotazos

Un grupo más o menos importante de militantes abandonó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de San Cristóbal de Las Casas para tratar de buscar nuevas opciones en otros partidos políticos. Efectivamente, el tricolor, otrora llamado invencible, está en la lona, aunque no muerto, pues todavía cuenta con muchos líderes y militantes. Entre los militantes que renunciaron se encuentran los exregidores Fernando Pérez Jonapá y Maximiliano Aguilar García, quienes se desempeñaron como regidores en ayuntamientos pasados, así como Óscar Domínguez, brazo derecho del recientemente fallecido Sergio Lobato García durante muchos años. Al parecer, este grupo de ahora expriistas se unirá a Chiapas Unidos, pues a algunos de ellos se les ha visto cerca del exalcalde y ex diputado local, Mariano Díaz Ochoa, dirigente local de ese instituto político, a quien apoyaron en la pasada elección en que compitió por el partido Mover a Chiapas, también de registro estatal. Este grupo no estaba de acuerdo con la candidatura de Edgar Rosales en el PRI. Habrá que ver si les alcanza para conformar un buen grupo capaz de competir con posibilidades de ganar en las elecciones del año 2021. Por lo pronto, han dejado un hueco importante en el barco tricolor coleto que parece que se hunde más todavía. A propósito, el nuevo presidente del PRI en San Cristóbal es Gustavo Martínez Ancheita, cercano al ex presidente municipal, Francisco Martínez Pedrero… El rector Jorge Luis Zuart Macías inauguró ayer las Jornadas Académicas Estudiantiles en la Universidad Intercultural de Chiapas (Unich), con sede en San Cristóbal de Las Casas, cuyo objetivo es “fortalecer lazos de colaboración entre estudiantes de las diferentes unidades académicas multidisciplinarias y la sede central, especialistas, docentes y las comunidades de influencia, a través de actividades de convivencia abierto al público en general. Las actividades se realizarán del 28 al 31 de octubre e incluyen conferencias, charlas, talleres, capacitación a docentes, actividades artísticas como pintura, concurso de talentos y oratoria, además de conciertos, concurso de altares, expo tianguis y expo vestimenta, clases de salsa y actividades deportivas como futbol, basquetbol y voleibol. FIN