Entrega directa

Empujados por sus dirigentes, integrantes de diferentes organizaciones campesinas realizan un plantón frente al Palacio Nacional, en la Ciudad de México, para exigir que la entrega de recursos para apoyo al campo se realice de manera tradicional y no como lo ha decidido el actual gobierno: De manera directa a los productores.

Los interesados en que se mantenga el esquema anterior son muchos de los dirigentes, que están acostumbrados a quedarse con una parte de los recursos -moches, le dicen- destinados a los campesinos.

Para nadie es un secreto que los moches comienzan en con los legisladores federales que aprueban el presupuesto, quienes cobran altas cantidades por liberar los recursos, no sólo para el campo, claro.

Cuando la negociación la encabezan los dirigentes, también les toca una parte y lo mismo sucede cuando un presidente municipal negocia con los diputados o senadores que se apruebe cierta cantidad para tal o cual proyecto.

La cadena de complicidades en este tema para quedarse con parte del dinero destinado a los productores es muy amplia, por lo que tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador en proponer que los recursos se entreguen directamente, sin intermediarios. Y es cierto, algunos dirigentes se compran buenas camionetas de lujo, con el dinero que debería de servir para sus representados.

Algunos dirigentes consultados por esta Rotonda Pública aseguraron que se sabe que en no pocos casos, los beneficiarios reciben sólo el 50 por ciento de lo prometido y aprobado por el Congreso de la Unión.

Acostumbrados como están desde los tiempos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de que alguien los dirija, los campesinos se apoyan generalmente en líderes que no siempre son honestos ni los dirigen porque les interesen, sino por aprovecharse del dinero público. Hay excepciones, claro.

Sólo hay que ver cómo algunas organizaciones de las más antiguas y grandes, con presencia en diferentes estados del país, poseen enormes oficinas en casas situadas en lugares privilegiados de la Ciudad de México, mientras sus agremiados continúan en la marginación recibiendo prácticamente migajas.

Dirigentes de agrupaciones como Antorcha Campesina y la Confederación Nacional Campesina (CNC), por ejemplo, negocian cientos de millones de pesos, por lo que las “utilidades” son muy altas, pero a sus agremiados muchas veces sólo les dan dos costales de fertilizante. Uno de los proyectos en los cuales ganaban más es el Programa de Apoyos a para Productores de Maíz y Frijol (PIMAF).

En realidad no sería difícil saber qué ha pasado con los recursos que muchas organizaciones han recibido durante décadas, pues bastaría con que se haga una inspección en campo para saber cuántos proyectos aprobados se pusieron en marcha.

Los moches son de diverso tipo, pues se sabe de casos en los que por ejemplo, el titular de la dependencia responsable de atender a los campesinos, se hace de una gran tiende de insumos como fertilizantes, y una de las condiciones cuando entrega el dinero es que los beneficiarios compren en su establecimiento. Es decir, aparte de lo que ya les rasuró, los presiona para que compren en su tienda, y así el negocio para él es redondo.

Y así se va dando la cadena de corrupción que ha provocado que el campo no crezca y que en general los productores continúen en una situación lamentable. Por más dinero que el gobierno haya destinado para el sector, de poco ha servido porque a los que deberían de recibir completo el presupuesto, les llega una mínima parte.

Es lógico que con la nueva política de que los recursos se entreguen directamente a los productores, algunos dirigentes estén molestos y hayan decidido presionar a sus afiliados para que se manifiesten en la Ciudad de México, porque esa es otra de las cosas, que para que les toque algo, los integrantes de las agrupaciones tienen que movilizarse en sus ciudades, estados o en la capital, o no les toca nada.

Es probable que, en parte, el jefe del ejecutivo federal le esté pasando la factura a muchos dirigentes que en las elecciones presidenciales de 2012 no le cumplieron el ofrecimiento de votar por él, sino que lo hicieron por Enrique Peña Nieto, quien ganó con los votos que obtuvo en el campo.

Sea como sea, lo cierto es que muchos de los dirigentes campesinos que estaban acostumbrados a quedarse con buena parte del dinero público destinado a los productores, están perdiendo ese “negocio” y por ello la inconformidad que los ha llevado a protestar en la Ciudad de México.

Lo malo es que la política oficial afectará también a las organizaciones que han construido verdaderos procesos sociales desde abajo y desde hace ya muchos años. Habrá que ver más adelante cuáles son los resultados de la nueva política de entrega directa de los recursos.

Picotazos

Todos los grupos de mariachis de San Cristóbal de Las Casas se juntaron ayer para ofrecer un rezo a la virgen de Santa Cecilia, protectora de los músicos. Por la tarde hicieron un rezo en la llamada Plaza del Mariachi, ubicada en el mercado de dulces y artesanías, que se localiza en San Francisco. Luego caminaron hasta la colonia de La Isla, donde se ubica el templo de la Virgen, donde realizaron una callejoneada, como lo hacen cada año en esta fecha. Como corresponde, los mariachis le pusieron el toque de alegría a la festividad que se celebra hoy 22 de diciembre. Después del rezo tocaron varias canciones para la Virgen y para decenas de personas, la mayoría familiares, que llegaron a las 18 horas y disfrutaron de lo que podríamos llamar serenata. Fin.