A sufrir por el agua
Apenas está iniciando febrero y en San Cristóbal de Las Casas ya se escuchan quejas por la falta de suministro de agua entubada en algunas colonias -La Pradera, una de ellas (cada temporada de secas sufren sus habitantes)- a causa de falta de presión suficiente para que suba a los tinacos, aunque a veces ni a los tubos que están a ras del piso llega.
Si a estas alturas del año ya hay problemas con la presión del agua, habrá que imaginarse cómo estará la situación en abril, por ejemplo, cuando se acentúa la temporada de secas.
Desde hace algunos años el problema se ha ido agudizando paulatinamente y así ha sido denunciado por diversos grupos y personas que han dado seguimiento al deterioro del ambiente en general y a la contaminación o destrucción de espacios que históricamente han servido para retener el agua, como los humedales.
Sin embargo, ni las autoridades ni la sociedad en su conjunto han hecho lo necesario, ya no digamos para revertir la situación sino para evitar que siga el deterioro, que cada día el agua se vaya acabando y con ello la vida misma.
Cada día es más común ver pipas privadas llevando el líquido a las casas porque el suministro del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (SAPAM) es nulo o deficiente, lo que representa un gasto para el usuario. Claro, a veces son las unidades del mismo organismo las que abastecen los hogares afectados. En no pocos casos, los usuarios se quejan porque han hechos el pago correspondiente, inclusive hasta por el año completo, por lo que resulta injusto que se queden sin el servicio.
La escasez de agua ha ocasionado que cada vez con mayor frecuencia los pobladores precavidos construyan cisternas de miles de litros para almacenar el líquido, pues escasea cada vez más de manera constante.
Está poniéndose de moda también, por decirlo de algún modo, el aprovechamiento del agua de lluvia mediante la colocación de canales en los techos para almacenarla. Esta tendrá que ser en lo sucesivo una medida que todo mundo deberá poner en práctica para captar el líquido.
Del hecho, el síndico municipal, Miguel Angel de los Santos Cruz, dijo en días pasados a esta Rotonda Pública, que será obligatorio que todas las nuevas construcciones coloquen dichos canales para aprovechar el agua de lluvia que escurre por los techos.
El problema por la escasez del agua es cada día más apremiante porque el nivel de los ríos y manantiales disminuye considerablemente una vez que ha dejado de llover, e inclusive, en ocasiones, cuando aún es temporada de lluvias.
En algunas colonias de la zona norte de la ciudad cundió la alarma desde hace algunos días porque el suministro ha sido irregular, cuando en general se mantiene sin mayores problemas todo el año y muchos usuarios pensaron que era ya consecuencia del bajo nivel de los manantiales y pozos.
Sin embargo, el titular del SAPAM, Jesús Carmona informó que el pozo Santa María se quedó sin la bomba que manda el agua, debido a que se descompuso, por lo que se está buscando instalar una de manera provisional para que decenas de colonias no se queden sin el servicio.
La idea es comprar una nueva bomba, pero tardará varios días todavía en llegar. Así que mientras tanto, la solución es instalar mientras llega la nueva.
Pero la falta de agua es muchas veces resultado de malos hábitos de los seres humanos que la desperdician por alta de conciencia, de educación o simplemente por indolencia.
Por ello es necesario realizar campañas de educación en escuelas, primarias y secundarias, principalmente, para concientizar los niños acerca de la necesidad de cuidar el agua en todos los usos diarios como cuando se utiliza la regadera o los excusados.
Pensando principalmente en las próximas generaciones, deben de tomarse a la par, acciones efectivas para evitar la destrucción del ambiente, reforestar y sanear ríos y manantiales o de lo contrario dentro de pocos años no habrá agua ni siquiera para lo indispensable y los pleitos por su disputa estarán a la orden del día cada vez más.
Todavía estamos a tiempo de contribuir en algo para evitar un mayor deterioro ambiental que en pocos años provoque que nos quedemos sin agua.
Picotazos
Qué coincidencia que la semana pasada hubo dos robos que llamaron la atención. Por un lado, sujetos no identificados robaron el jueves por la noche un millón 800 mil pesos de la delegación de la Secretaría de Hacienda en el municipio de Tonalá. El dinero, según se informó, fue sustraído de la bóveda que se ubica en las oficinas, debido a que no había vigilancia policiaca. Las autoridades se percataron de que la oficina había sido allanada porque se activó el sistema de alerta electrónica, pero cuando llegaron algunos empleados vieron que la bóveda había sido violentada. Se trata de una suma muy importante. Coincidentemente, un día después, viernes durante el día, sujetos armados que se transportaban en dos vehículos asaltaron al tesorero municipal de Zinacantán y le robaron 600 mil pesos. El propio funcionario resultó lesionado de bala en los sucesos que tuvieron lugar a la altura de la comunidad de La Ventana -a cinco kilómetros de esta ciudad-, del municipio de Chamula. Hasta donde se sabe, los asaltantes interceptaron la camioneta en la que viajaba el tesorero municipal y dispararon sus armas largas, se apoderaron del dinero y huyeron. En ambos casos debe de tratarse de personas que sabían acerca del dinero, por lo que las investigaciones tendrían que incluir a trabajadores -o familiares- de las instancias afectadas. Y para seguir con el tema del dinero, agentes de la Policía Federal, Guardia Nacional y Militar aseguraron el 30 de enero en el aeropuerto internacional Angel Albino Corzo, 140 mil dólares americanos y detuvieron a una persona. El aseguramiento se realizó durante la revisión de equipaje de mano a un pasajero, cuyo nombre no fue dado a conocer. Fin.