¿Qué hay detrás del atentado?

El atentado que sufrió la noche del pasado lunes el alcalde de Chenalhó, Abraham Cruz Gómez, debe de ser investigado y esclarecido totalmente para que no queden dudas de su origen y no se afecte el proceso de diálogo que, con la intervención de las autoridades estatales, ese municipio mantiene con su vecino Aldama, para tratar de encontrar una solución al diferendo por la disputa de 60 hectáreas.

Una de las primeras especulaciones que surgieron cuando la misma noche del lunes se conoció la información de la agresión armada, en la que murió Efraín Pérez Pérez, chofer del presidente municipal, es que el ataque podría estar relacionado con el conflicto por la disputa de límites.

Lo anterior surgió en parte porque Cruz Gómez regresaba de Tuxtla Gutiérrez de participar en una reunión en el palacio de gobierno, con autoridades estatales y del municipio de Aldama, precisamente para dar seguimiento a las pláticas con las que se busca que ambos pueblos lleguen a un acuerdo armonioso después de más de 40 años de pleito.

Sin embargo, luego fueron surgiendo otras hipótesis que seguramente ya la Fiscalía General del Estado (FGE) está investigando, a la par que el presidente municipal de Aldama, Adolfo Victorio López Gómez y las demás autoridades de ese lugar se deslindaron de los hechos el martes. Era necesario que lo hicieran para que no haya dudas de una posible participación de su gente en los hechos violentos.

Lo primero que tiene que quedar claro en las indagatorias es si el atentado tiene o no fines políticos o si se trata de un hecho de delincuencia común o de una venganza; por ejemplo, porque según se sabe, después de los balazos, el presidente municipal, que salió ileso, corrió sobre la carretera decenas de metros y en ningún momento fue perseguido por los agresores.

Se sabe también que las dos personas que lo acompañaban en el vehículo, además del conductor, no recibieron ningún balazo. Se puede inferir entonces, que el objetivo del ataque era el chofer, quien, efectivamente, murió casi al instante debido a la gravedad de las lesiones, lo que significa que los tiradores son expertos, ya que la unidad iba en marcha y aun así dieron en el blanco como presuntamente tenían planeado.

Habrá que recordar que Efraín Pérez Pérez, quien fue enterrado ayer en Chenalhó, fue chofer también de la presidenta Rosa Pérez Pérez, mientras que Abraham fue su tesorero.

No hay que olvidar tampoco que durante el trienio de Rosa Pérez, fue asesinado, Jonhy Orlando Vázquez Ruiz, cuando los partidarios de la presidenta entraron por la fuerza a retomar el palacio municipal que estaba en poder del síndico, Miguel Sántiz, que había sido nombrado presidente municipal por el Congreso local, luego de romper con la alcaldesa constitucional.

En aquella ocasión, febrero de 2016, fue detenido Efraín Pérez Pérez, chofer de Rosa y ahora difunto, como presunto responsable del homicidio, pero pocos días después fue liberado por el juez que llevaba el caso. Ya se puede uno imaginar cómo quedaron de furiosos los familiares del occiso.

Entonces, es posible que una de las líneas de investigación de las autoridades se enfoque en ese sentido; es decir, en una posible venganza por aquellos hechos, aunque desde luego que puede haber otras.

Además, no sólo Jonhy Orlando murió durante el trágico trienio de Rosa Pérez, en el contexto de la disputa de la presidencia municipal de Chenalhó, que valga decir, por primera vez ganó una mujer.

Habrá que ver, pues, si el atentado del lunes pasado está relacionado o no con hechos sucedidos en el pasado trienio que resultó muy doloroso para el municipio.

Lo importante ahora es que las autoridades correspondientes esclarezcan los hechos para que no se afecte el proceso de diálogo entre Chenalhó y Aldama, pues aunque no se quiera, la agresión a Cruz Gómez mete ruido, por más que no tenga que ver una cosa con la otra.

Todo parece indicar que hasta la fecha las pláticas entre ambos pueblos van avanzando bastante bien, con posibilidades reales de que lleguen a un acuerdo que ponga fin a la confrontación que ha dejado alrededor de 25 muertos y varios heridos, sobre todo en los últimos tres lustros.

Es importante que a las autoridades y a los pobladores de ambos municipios les quede la certeza de que el ataque en contra de Abraham Cruz es ajeno al pleito por las 60 hectáreas, para que no haya desconfianza mutua.

Independientemente de los resultados de la investigación no deja de ser preocupante que algunas personas se hayan organizado y preparado para realizar una agresión armada en la carretera Chamula-Chenalhó, sin que fueran descubiertos. Se entiende que tuvo que haber alguien que estaba comunicando por dónde iba el vehículo que sería objeto del ataque, por lo que se infiere que más de una persona está involucrada.

Resulta preocupante también que en diferentes municipios, muchas personas tengan armas de fuego, incluidas de alto calibre, sin que haya policía capaz de desarmarlas, como ya se vio en San Cristóbal de Las Casas, donde la madrugada de este miércoles, hubo balazos en la misma ciudad.

De acuerdo con diversas versiones, un grupo de indígenas llegó a la base de la Policía Municipal para tratar de rescatar a algunos de sus compañeros detenidos por un accidente de tránsito, que ya habían sido puestos a disposición de otras instancias, por lo que realizaron disparos de armas de fuego al aire en ese y otros puntos de la ciudad.

Como es natural, muchos pobladores se alarmaron de que impunemente, grupos armados activen sus armas en la ciudad como si nada, por lo que han exigido a las autoridades de los tres niveles que se desarme a las personas armadas y que no se permitan más este tipo de acciones que sólo demuestran falta de gobernabilidad y hasta cierto punto un vacío de poder. Fin.