¡Las vacunas!

Por fin llegaron a México los primeros cargamentos de vacunas contra el Covid-19, que ya comenzaron a ser aplicadas a personal médico responsable de atender a las personas contagiadas por el virus. 

México se convierte así en el primer país de América Latina en aplicar la vacuna, lo cual habla de la capacidad del gobierno federal, gracias a las gestiones y al trabajo de las secretarías de Relaciones Exteriores y de Salud. 

Las dosis llegan justo en el momento en el que los contagios y las defunciones se han incrementado en la Ciudad de México, el estado de México y otras entidades que están sufriendo en serio las consecuencias de la pandemia. 

La aplicación de la vacuna traerá la certeza de protección física, pero también sicológica, pues una vez inmunizado, el personal de salud podrá atender a los enfermos con mayor confianza y seguridad de no contagiarse, y la población en general se sentirá más aliviada. 

En estas semanas y meses de angustia por los efectos del coronavirus, todos los países están presionando y haciendo gestiones para tratar de ser los primeros en conseguir las vacunas, pero como es natural, la demanda es muy alta y la oferta muy escasa, por lo que deben de valerse de la capacidad diplomática y de negociación para obtenerla. 

El primer cargamento de 3 mil dosis llegó el miércoles de la semana pasada y el 25, cuando se celebra la Navidad, arribó el segundo con 42 mil 900 inyecciones, que ya se aplican a trabajadores de la salud. 

Efectivamente, se trata de una cantidad muy baja para lo que se necesita, pero lo más complicado era que llegara el primer cargamento y arrancar con la vacunación, que, en teoría, nos salvará cuando se haya inmunizado a toda la población. 

El arribo de las dosis es desesperante por lento, pues todo mundo quisiera que toda la población fuera inoculada en pocos días para que termine la zozobra, pero no es posible, por lo que hay que esperar con calma a que se agilice la producción de los laboratorios.  

Por lo pronto, de acuerdo con proyecciones de las autoridades de salud federal, será hasta la segunda semana de enero cuando se habrán instalado módulos de vacunación en las 32 entidades de país para inmunizar al personal médico y de enfermería. 

La importancia de la inoculación es que médicos, enfermeras, enfermeros y de demás personal de salud no se contagiarán, lo que evitará que ellos a su vez transmitan el virus a otras personas, o que significa que los contagios serán cada vez menos. 

Como es lógico, todos los países están presionando y haciendo gestiones para tratar de ser los primeros en conseguir las vacunas, pero como es natural, la demanda es muy alta y la oferta muy escasa. 

Algunas personas tenían dudas al principio acerca de si la vacuna sería gratis o no, pero desde el inicio de la pandemia, el gobierno federal dejó claro que no se cobraría y que la meta es ponérsela a todos los mexicanos, sin importar su condición social. 

Otra cosa: Apenas el domingo pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que empresas privadas podrán también comprar en el extranjero las vacunas para que las vendan a las personas que deseen comprarlas.  

Es una buena opción porque quienes tienen dinero podrán adquirirlas y no esperar a que lleguen las que el gobierno aplicará mucho tiempo después, debido a que tardará mucho tiempo para que arriben todas las dosis que se necesitan para inocular a los 127 millones de habitantes.  

Es alentador, pues, que ya haya comenzado el proceso de vacunación para prevenir el coronavirus en México. Sin embargo, la preocupación y el temor crecieron en este mes de diciembre, debido al aumento de contagios y fallecimientos en varias partes del país, sobre todo en la capital y la zona conurbada que ha tenido que regresar al semáforo rojo, tardíamente, por cierto.  

Por desgracia, es de suponerse que después de las fiestas de Navidad y año nuevo, los casos habrán de incrementarse probablemente en todo el país, debido a las celebraciones familiares y a la movilidad de personas de una ciudad a otra, de un estado a otro e incluso de otros países. 

Muchas personas siguen sin utilizar cubrebocas, medida que finalmente parece que ha dado buenos resultados, a pesar de que al principio la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), desestimó su uso, por considerar que no era efectivo, ni otras medidas sanitarias necesarias para evitar contagios. 

Cada día que uno se entera de que amigos o familiares se han contagiado de Covid-19, o lo peor, que han fallecido, se enchina la piel, pues el sufrimiento que causa la enfermedad es de verdad muy fuerte. 

Apenas ayer falleció desgraciadamente el cantautor mexicano Armando Manzanero, nacido en Yucatán hace 85 años. A pesar de los cuidados médicos no fue posible salvarle la vida a este artista de talla internacional, autor de “Esta tarde vi llover”, entre otras de sus famosas canciones. 

Es una lástima que haya muerto el chaparrito yucateco porque todavía tenía cuerda para seguir cantando y componiendo. Es probable que como muchas otras personas, no ha tomado todas las medidas sanitarias necesarias para evitar contagiarse y finalmente dejó de existir, dejando una honda tristeza entre sus admiradores y en general entre mucha gente que lo estimaba. 

Y lo peor es que debido a la misma pandemia que se lo llevó, no será posible realizarle un funeral como se merece, para que la gente se despida de él. Como todas las personas que han muerto de coronavirus, todo ese proceso se realizará casi en silencio, sólo con unos pocos familiares. Es el signo de los tiempos. Fin