*Oxchuc: La irresponsabilidad de un grupo

*Chamula: Aplicar la ley

Sin importar el daño que le causa a miles y miles de pobladores de varios municipios de la zona (Ocosingo, Chilón, Yajalón, entre otros), un grupo minoritario de habitantes de Oxchuc ha dañado en tres ocasiones en dos semanas la instalación de fibra óptica de Teléfonos de México, lo que ha ocasionado que una gran cantidad de usuarios se quede sin servicio de internet y de señal.

Lo anterior no sólo es una irresponsabilidad y una insensibilidad social, sino un delito que las autoridades deberían de castigar como se merece para que los causantes no vuelvan a atentar de esta manera contra la población y para que otros grupos tampoco lo intenten posteriormente.

Miles y miles de personas se quedaron incomunicadas durante varios días desde antes de la Navidad, sólo porque un reducido grupo de inconformes encabezado por un abogado identificado como Israel, ex titular jurídico de uno de los ayuntamientos pasados.

Quién sabe si sus demandas son o no legítimas, o si detrás sólo hay intereses político-electorales, pero no se debe de permitir que un pequeño grupo cause tanto daño a los habitantes que no sólo se quedan sin señal de internet para operar sus teléfonos móviles y hacer uso de las redes sociales, sino de servicios tan importantes como los bancarios y aplicaciones digitales, por ejemplo.

El grupo en cuestión inició antes de la Navidad con un bloqueo en la carretera San Cristóbal de Las Casas-Ocosingo-Palenque, lo que ya es grave, y luego cortó la fibra óptica de Telmex hasta en tres ocasiones. No es la primera vez que pobladores de Oxchuc causan este perjuicio, pero como las autoridades nunca han actuado lo siguen haciendo impunemente.

¿Qué culpa tienen los habitantes de los demás municipios de que sus demandas no sean atendidas en el tiempo en que los inconformes lo exigen? ¿Creen que el gobierno va a actuar antes sólo porque dejan sin internet a miles de personas?

El asunto es que ahora en lugares como Ocosingo han surgido propuestas, como no dejar entrar a habitantes de Oxchuc a la zona en represalia porque un pequeño grupo los ha dejado incomunicados -sólo los teléfonos fijos funcionan- y sin acceso a muchos servicios esenciales. Es cierto que no es la mayoría de la población, sino una minoría bien identificada, sobre todo quien lo encabeza, por lo que no es difícil que las autoridades actúen conforme a derecho y apliquen la ley. Ya basta de tanto desorden.

El tema es muy grave, y por lo tanto debe de ser atendido por las autoridades responsables. ¿Qué tal, por ejemplo, una persona sufre un accidente y necesita llamar rápidamente a los servicios de emergencia? Una vida puede perderse por situaciones como la que se comenta.

Chamula

Es muy sencillo lo que el gobierno tiene que hacer ante el nuevo episodio en Chamula, con la retención del juez de Paz y Conciliación Indígena, Víctor López Guzmán; del segundo regidor, Mariano Sántiz Méndez, y de José Gómez Gómez, padre del alcalde de Chamula, Ponciano Gómez Gómez: aplicar la ley.

Como se ha dicho en entregas anteriores de esta “Rotonda Pública”, si las autoridades ceden al capricho de Juan Shilón de la Cruz, nunca podrán poner orden en ese municipio, donde la disputa por el poder político empezó prácticamente desde que tomó posesión el actual presidente municipal.

Los caciques priistas no han cejado en su intento de desestabilizar para tratar de recuperar la alcaldía y para ello utilizan a Shilón de la Cruz, protegido por hombres armados. Como en otros lugares, uno de los principales problemas es que existen muchas personas que portan armas de fuego de grueso calibre, sin que autoridad alguna haga algo por desarmarlos.

En Chamula son varios grupos los que tienen armas para defender sus intereses de todo tipo. Si el gobierno no pone orden desde ahora, se corre el riesgo de que en el municipio haya elecciones manchadas de sangre.

Ahora ya ningún funcionario o persona con alguna responsabilidad más o menos destacada, puede transitar por la carretera que pasa por Chamula sin el riesgo de ser retenido por los simpatizantes de Juan Shilón, quienes no han encontrado otra forma de presionar a las autoridades que capturando y privando de su libertad impunemente a quien se les dé la gana.

Es tal el cinismo de ese grupo que en el más reciente video obligaron a los tres retenidos a decir que los habían rescatado de un (otro) grupo armado. Son tan burdos que ni siquiera se dieron cuenta de que al obligarlos a que exigieran la liberación de Juan Shilón se estaban delatando ellos mismos.

Desde luego que iban por Ponciano y/o por el tesorero Mario Collazo Gómez, pero no lograron retenerlos porque integrantes de un tercer grupo (armado también) les dio cobertura y pudieron escapar. Si hubieran logrado su objetivo, la situación sería otra, pues el gobierno no hubiera tenido otra alternativa que liberar a Shilón de la Cruz.

Al parecer el grupo de este autoproclamado presidente de un concejo municipal que nunca fue reconocido por el Congreso local, sufrió una escisión y los ahora exintegrantes pretenden cobrarse una promesa incumplida. Y como se sabe, en Chamula las cuentas se cobran muchas veces con balas. Ese grupo ha ofrecido liberar a punta de pistola (o de “cuerno de chivo”) a los tres retenidos, pero ya se sabe que correría sangre, como sucedió cuando fueron asesinados el entonces alcalde Domingo López González (tsetjol), el síndico Narciso Lunes Hernández y otras personas en julio de 2016. Estos hechos, por cierto, siguen impunes.

En fin, con este nuevo episodio, el gobierno tiene la oportunidad de tratar de poner un poco de orden en Chamula, donde prevalece un ambiente de zozobra, temor e incertidumbre, pues a cada rato hay disparos de armas de fuego y muchas personas se pasean con sus fierros a la vista de toda la gente. Tal vez ya es hora de que la Guardia Nacional ponga un destacamento en la cabecera, a ver si así se restablece la tranquilidad. Ojalá no sea demasiado tarde para evitar que corra más sangre. Fin