¡Hasta siempre, Hugo Robles!

Mucho se ha dicho en los días recientes acerca del comunicador Hugo Isaac Robles Guillén, ícono del periodismo radiofónico de San Cristóbal, fallecido el domingo 14 de febrero, y mucho más se dirá con el transcurrir del tiempo porque es toda una leyenda. 

Era un excelente, extraordinario compañero y amigo, un hombre íntegro, vertical, alegre, con buen sentido del humor, polifacético. Excelente entrevistador. Podría decirse que era de algún modo la voz de San Cristóbal en las noticias. 

Su precipitada partida ha causado una profunda tristeza y un inmenso dolor, porque Hugo Robles no era cualquier persona. Era un periodista comprometido con la sociedad, vertical, honesto, íntegro. 

El periodismo era una de sus pasiones y así lo vivió hasta el último de sus días, dando voz a todas las personas, defendiendo las causas justas desde el micrófono. 

Sí, ahora se llora su muerte porque duele en el alma, pero hay que celebrar su vida puesta al servicio de los demás, sus enseñanzas, su congruencia, su compromiso con el oficio, con la verdad. 

No hay mucho que decir de Hugo Robles, pues las lágrimas y el llanto de miles de personas, muchas de las cuales ni siquiera lo conocieron personalmente, lo dicen todo. Toda una ciudad le llora como el gran periodista que fue. Deja un vacío que nadie podrá llenar. 

Miles de mensajes, llamadas telefónicas o de otro modo han hecho llegar los radioescuchas de la WM para expresar su pesar y su dolor por la muerte de Hugo Robles, que además, era un excelente maestro de ceremonias. 

Su estado de salud se complicó la noche del 23 de enero y un día después fue intubado, pero ya no pudo superar los estragos que le causó el coronavirus y el 14 de febrero dejó oficialmente de existir. 

En cuanto se supo de su fallecimiento comenzaron las lágrimas, el llanto, las lamentaciones, los mensajes de pesar en toda la ciudad e inclusive en otras partes del país donde era escuchado por personas que han migrado.     

Qué casualidad que su último suspiro haya sido un día después de la celebración del día Internacional de la Radio y, justo, el día del amor y la amistad.  

En lo personal me causó mucha tristeza y dolor enterarme de la muerte física de Robles Guillén. Convivimos en muchas ocasiones durante más de 30 años. Cubrimos muchas notas juntos y también jugamos futbol. La última vez que hablamos fue el 31 de diciembre cuando me llamó para felicitarme por mi cumpleaños. Nunca imaginé que sería la despedida. Hugo -como muchas otras personas, yo siempre le dije Meco, por su tez blanca y sus ojos azules- era el mayor referente periodista radiofónico en San Cristóbal y uno de los más destacados en Chiapas. 

El año pasado le pedí que hiciera un espacio para entrevistarlo con el propósito de que la gente conociera más de él. Por diversas razones no se concretó el encuentro. 

 Hugo -el Meco- no merecía morir así. Merecía un funeral con miles de personas despidiéndolo y llorando y con muchas flores como corresponde a un personaje de su talla; con mariachis y marimba, pero las condiciones actuales no permiten rendirle ese tributo de forma presencial. ¡Cuánto le debe la coleta! 

Nació en el municipio de Tenejapa el 25 de agosto de 1952, tenía 68 años de edad. No es exagerado decir que miles de personas le han llorado desde que se agravó su salud y ahora con su muerte física. 

Miles de personas crecieron o envejecieron escuchando su voz en la estación de radio XEWM, cada mañana, cada tarde. Dueño de una voz inigualable, un estilo inconfundible, con mucho criterio para decir las cosas y con una recia personalidad, Hugo es un referente del periodismo chiapaneco. Siempre estaba en la nota, como se dice en el argot y creaba opinión. 

No por anunciada debido a su gravedad extrema desde el 24 de enero en que fue hospitalizado, su partida ha dejado impactada profundamente a la sociedad sancristobalese y de la región de los Altos y de regiones de Chiapas. 

Con su voz y su pluma, llenó una era, una época de más de 40 años, con una integridad moral que muchos, muchos le reconocen.  Desde hace varios meses en que murió su compadre, el profesor y locutor Armando Castellanos (QEPD), y luego otros amigos y conocidos, lo invadió una profunda tristeza, como a tanta gente más. 

Hugo Robles nunca sucumbió a la tentación de las candidaturas a puestos de elección popular que en diversas ocasiones le propusieron. Siempre tuvo claro que su trinchera estaba en el periodismo.  

Algo que da mucho gusto es que hasta el último de sus días, hizo lo que tanto le gustaba y le apasionaba: Informar a miles de personas desde la cabina de la entrañable WM. Además, grabó un disco hace unos dos años, porque la música era otra de sus pasiones.  

Este extraordinario periodista, que sobresalía además por su altura, larga cabellera, ojos azules y de tez blanca, vivirá siempre en la mente y el recuerdo de tantas generaciones que en silencio o con su voz le han agradecido todo el trabajo que hizo y por haber amado tanto a San Cristóbal. 

Por desgracia, ya no pudo cumplir el deseo del ya fallecido cronista de la ciudad, Manuel Burguete, su amigo, de que cubriría la celebración de los 500 años de la fundación de San Cristóbal el 31 de marzo de 2028. Vaya desde este espacio, un abrazo con mucho cariño a su esposa Conchita; a sus hijos, Hugo Dorian, Christian, Jony, Fabián y demás familiares. Descanse en paz. Fin