Incertidumbre en la Caja de San Juan Bosco.

La disputa por el control de la Caja Popular San Juan Bosco, que hace 35 años fue fundada en San Cristóbal y que ahora tiene sucursales en otros ocho municipios de la entidad, ha escalado al grado de que los dos grupos que se la pelean han interpuesto las denuncias mutuas correspondientes ante las autoridades competentes. 

La disputa comenzó hace algunos meses y cuando uno de los dos grupos visibles ya había desplazado legalmente a la familia que poco a poco se fue apropiando del negocio -¡negociazo!-, llegó la reacción y por la fuerza los sacaron de las instalaciones. 

La Caja de ahorro, que ahora cuenta con alrededor de 65 mil socios en los municipios de San Cristóbal, Ocozocoautla, Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo, Ocosingo, Comitán, Villa Las Rosas y Teopisca, que funciona como una especie de banco en la que supuestamente se fomenta el ahorro, deja grandes ganancias en beneficio de sus directivos, principalmente, porque a los socios casi nada se les reparte. 

Uno de los puntos que detonó la crisis en la institución fue que una familia se fue adueñando del control y beneficiándose como si fuera de su propiedad, cuando se supone que todos los socios tienen los mismos derechos, sin rendir cuentas cabales. 

La inestabilidad que generó la disputa por el control de la Caja ocasionó que muchos ahorradores, sobre todo en San Cristóbal, donde existen 8 San Cristóbal, donde están más enterados de lo que sucede en su interior, comenzaron a retirar su dinero.  

Hasta hace menos de un mes, según se supo, unos 700 ahorradores habían retirado en conjunto alrededor de 9 millones de pesos, aunque el negocio familiar cuenta con muchos millones más para seguir operando. 

Ante la incertidumbre, varias personas ya decidieron retirar sus ahorros, pero no lo pueden hacer porque han servido de aval de algún familiar o conocido y mientras que no liquide la deuda no le entregarán su dinero. Sin embargo, están sacando lo más que puedan con el consuelo de que si por alguna razón se pierde, que sea lo menos posible. Así están las cosas. 

La situación se puso peor, cuando en días pasados los directivos (la familia que se ha apropiado de la Caja) que se rehicieron del control después de haber sido desplazados por unos días por el otro grupo, nombraron representante legal a Enoc Hernández Cruz, muy conocido en San Cristóbal, de donde fue alcalde a principios de la década pasada. 

Ello generó mucha más desconfianza entre los ahorradores que incrementaron el retiro de su dinero por temor a que ya no lo puedan recuperar. Los comentarios se generalizaron en contra de Enoc, a quien muchos no bajaron de “ratero” y de tratar de estar buscando dinero para financiar una eventual campaña en busca de un puesto de elección popular en las próximas elecciones. 

El retiro de muchos millones de pesos por la desconfianza ante la llegada de Hernández Cruz, provocó que los directivos comenzaran a ofrecer préstamos a todos los ahorradores, con tal de que se mantengan y no descapitalicen la Caja. 

A través de llamadas telefónicas o de mensajes, el personal ha estado insistiendo, casi acosando, a los ahorradores para que hagan préstamos, aunque no los necesiten. Se supone que su fin principal es fomentar el ahorro. 

En medio de la disputa, que ha provocado el despido presuntamente injustificado de algunos socios, la semana pasada fue extrañamente asaltada la sucursal que la Caja San Juan Bosco tiene en el barrio de Guadalupe, de donde sustrajeron más de 429 mil pesos, según el propio Enoc. 

Inmediatamente surgieron sospechas y suspicacias entre los ahorradores que suponen que podría tratarse de un auto robo para tratar de inculpar al grupo disidente. Al parecer, según la denuncia correspondiente, estarían involucrados incluso empleados de la Caja. No hace falta ser conocedor para saber qué rumbo van a tomar las investigaciones y sus resultados. Para eso tiene mucho dinero la institución, que se encuentra en el número 10 en el país en este tipo de Cajas. 

El grupo disidente que por unos días se hizo del control, ha denunciado que los directivos han hecho malos manejos del dinero --no se licitaban adquisiciones, no se reportó el ingreso por la renta de un local en Comitán durante 5 años, por ejemplo-, por lo que ordenaron una auditoría externa, cuyos resultados no han dado a conocer para corroborar o desmentir sus afirmaciones. Sería bueno que si ya los tienen, los hagan públicos para salir de dudas si es que ha habido fraude o no. 

Ante la desconfianza que priva entre los socios, la directiva que retomó el control, ha dicho que ordenó una auditoría, pero pocos creen en que los resultados sean verídicos porque ya antes las han mandado a hacer a modo para ocultar irregularidades.  

El asunto de fondo aquí, más allá de la lucha de poder por el control de la Caja, y de los cuantiosos millones de pesos, claro está, es saber si están en riego o no los ahorros de miles de personas en los municipios mencionados. 

Como es lógico, la inestabilidad que se ha percibido en los meses recientes ha ocasionado temor y dudas entre los ahorradores que no sabe bien a bien si podrían perder su dinero, aunque se sabe que la Caja está regulada por la Comisión Nacional de Valores.  

Lo que sea de cada quien, esta institución ha servido a miles de familias que tienen sus ahorros y que en muchos casos las han sacado de apuros cuando han necesitado hacer un préstamo para solventar situaciones de emergencia. Ahora en cambio son ellos quienes quieren ensartárselos casia a la fuerza para mantenerlas cautivas.  Aunque a más de alguno se le ha ocurrido que a la mejor ahora sí le conviene hacer un préstamo porque si la institución quiebra existe la posibilidad de no pagarlo.

Es cierto también que la Caja Popular San Juan Bosco es una de las más atrasadas tecnológicamente en el país, al grado de que a los naturalizados no les permite abrir una cuenta, a pesar de tener todo el derecho legalmente. Fin.