Naasón: lobo rapaz
La señora Armendáriz Guerra
“La religión se ha utilizado para justificar los peores genocidios”: Morgan Freeman.
Rostro ovalado y mirada diabólica detrás de gafas blancas. A Joaquín Merarí Naasón García lo cubre la rejilla de diligencias ministeriales y viste uniforme color naranja que, de acuerdo con psicólogos expertos en el tema, “es el color asociado a la excitación”.
Está en la misma onda que la emoción descontrolada, dice Gianluca Francia, prestigioso psicólogo italiano al hablar sobre el parentesco esotérico entre dicho color y una persona. Es decir, a Naasón le queda perfecta esa descripción.
Con inocultable aspecto psicopático de personalidad que lo retrata delicadamente, Joaquín Merarí lideró la cofradía La luz del mundo que su abuelo, Eusebio Joaquín, creó en 1926. Rentable y satánico negocio de familia.
Si no se le detiene en el aeropuerto de Los Ángeles, el 4 de junio de 2019, quizá sobre tal secta hubiese caído una lluvia de fuego y azufre como ocurrió con Sodoma y Gomorra.
Los testimonios que da Sochil Martin, una de las ultrajadas, son escalofriantes, a la vez inmundos. Cuánta podredumbre en nombre de la fe.
Endriago
Si uno estudia el contexto sobre Naasón entiende la metafísica de Marx cuando sostiene que la religión es el opio de los pueblos. Naasón permanece encarcelado por 36 delitos que van de pornografía infantil, tráfico de personas y violación de menores cometidos entre 2015 y 2018.
Aun sabiendo eso, escuchando testimonios desgarradores de las víctimas del endriago, sus seguidores le lloran e idolatran. Le dicen mesías. Afirman que el mismísimo Dios lo envió a la tierra para hacer milagros y sanar. Idolatran a un criminal. ¡Qué pobreza espiritual!
Observando tan atroz fanatismo, vienen a la mente los casos de Waco, Texas, en 1993, en donde hubo 72 muertos. O el suicidio colectivo más grande de la historia que dejó 918 muertes azuzados por el demente Jim Jones.
Dolus bonus
En una jugada artera del Derecho penal, Naasón se declaró culpable de 3 cargos para evitar cadena perpetua. Ergo, se sospecha de un pacto fosco entre el criminal, sus abogados y el fiscal que llevaba el caso y que, tras la detención en 2019, impuso aquella fianza histórica de 50 millones de dólares para evitar que Naasón pudiera pagarla y huir de Estados Unidos.
Dolus bonus, el miércoles 8 de junio de 2022, Joaquín Merarí fue condenado a la ridícula pena de 16 años y 8 meses de prisión y podría abandonar la cárcel en diez. Extraño, porque el juez de California Rob Bonta, le dijo, mirándole a los ojos: “Eres un depredador sexual”.
El expediente policial de Naasón y su imprevista conclusión es, asimismo, paradigmático porque nos revela hasta dónde puede conducirnos el sectarismo. Así pasa con el yihadismo y uno queda no sorprendido, sino aterrado.
Lobos
¿Cómo es posible que por idolatría desbordada caigan rendidos ante lobos rapaces? Penoso decirlo, pero mientras existan ignorantes, habrá profetas falsos e inicuos porque el fanatismo es la negación de la cognición. Entran irracionalidad, locura, trastorno.
Sochil Martin afirma que esta sociedad delincuencial maniobra desde hace décadas como una red de trata y pederastia en todo el mundo. Hay un comercio escandaloso de “esclavas” cuya operación y ligas no son desconocidas por autoridades estadounidenses.
Víctimas y sus defensas, Sochil Martin, familiares, amigos cercanos, gente que supo del caso alrededor del globo, están enojados, frustrados, con miedo sabiendo el poder que tiene Naasón.
Su riqueza económica y en bienes no tiene parangón: lo mismo posee jets privados que ranchos y residencias en todo Estados Unidos.
“Estamos aterrados de lo que pueda pasar después: en 10 o 16 años esto se va a multiplicar, el tráfico humano que Naasón y su organización han estado construyendo se va a multiplicar”, advirtió Martin.
La prestigiosa abogada californiana Heather Brown ha afirmado tras la resolución: “Y como lleva ya tres en prisión (preventiva), quedará libre en 10 años. Libre para cazar más niños”. Qué impotencia…
Armendáriz Guerra
Decía un exdiputado federal célebre por su lenguaje pueblerino: “¿Seis años? Con una semana o un día que me hagan gobernador saqueo Chiapas”. Fue famoso porque tuvo acalambrado a Ernesto Zedillo. Tomaba vodka, mucho vodka Srminoff, en la cantina Las Laminitas, de doña Chila.
Patricia Armendáriz Guerra, diputada federal por amiguismo, fue hija de Gustavo Alberto Armendáriz Ruiz, gobernador interino de Chiapas durante ocho días, en 1982. Para que esto ocurriera, se modificó mañosamente la Constitución Política de Chiapas.
A sus envidiables 66 años, Guerra es multimillonaria, consejera de Banorte y legisladora en el Parlamento. Pese a su edad, está desacreditada por escándalos que la rodean. ¿De dónde mulas, Pedro?
La frase:
“Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”: Luther King.