El doctor Escandón
Malas lenguas
“No cabe duda, que es verdad que la costumbre, es más fuerte que el amor”. Juan Gabriel, poeta urbano.
Ya he dicho otras veces que la etnología del chiapaneco es sui generis. Sobre todo, del tuxtleco. Vivimos entre mitos, rumores, murmuraciones y falsedad. Somos malas lenguas.
Quedamos tan acostumbrados a los abusos de poder y excesos de quienes gobernaron que hasta llegamos a normalizarlos. Nos divertían y eran motivo de plática en las cantinas El Compameco, El Pelucas, Tía Chila, etc.
O en el café Las Paraguas, a espaldas de la mítica catedral de San Marcos, vigía insomne de Tuxtla. Ahí, en ese café, suelen reunirse periodistas y políticos de pacotilla. Componen y descomponen el mundo.
En el pasado, de manera frecuente se armaban bacanales al estilo romano en Casa de Gobierno. Beber whisky caro y suculentas cenas se convirtió en deporte. Cantantes del momento no podían faltar. Julión Álvarez, uno de ellos.
De tal suerte que si hoy vemos al gobernador Escandón caminar por San Cristóbal sólo, tranquilo, saludando a sus coterráneos para ir a un evento, de inmediato empezamos a crear fábulas, descalificar e insultar. Que es fotomontaje, que es mentira, que yo soy chayotero, etc.
Innegable: don Rutilio tiene empatía con la chiquillada, que los domingos, incluso si es día del padre o cualquier otro día festivo, él trabaja con la misma emoción.
Mientras nosotros estamos echados en un sofá comiendo tacos al pastor, pizza o viendo partidos de fútbol soccer sobándonos las gónadas, él anda inaugurando obras en donde nunca había llegado un gobernador, comunidades recónditas que jamás tuvieron atención. Cientos de niños fallecieron a causa de enfermedades curables como la diarrea.
Viernes 24
Viernes 24 de junio de 2022. Ataviado en hermosa guayabera artesanal de color blanco bordada por artistas chiapanecos, pantalón negro y cubrebocas, el gobernador caminó a la sede de la Segunda Asamblea Plenaria Ordinaria de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia (Conatrib), celebrada en San Cristóbal.
Varias calles y avenidas hubo de recorrer. Atravesó el hermoso centro de la colonial ciudad, resguardado por el soberbio e inmemorial templo de San Cristóbal que forma parte de la ruta de las seis iglesias que usted y yo, seguramente, muchas veces hemos disfrutado.
El doctor Escandón rompió viejos moldes aquí en donde, antes, se volvieron costumbre hábitos de corrupción, disparates políticos y toda clase de agravios.
Si un gobernador cacheteaba en público a su subalterno nos resultaba gracioso y telenovelesco. Con esos dramas llegamos a refocilarnos al grado de verlos, absurdamente, parte del folclor político local.
Tal idiosincrasia nos impide avanzar como sociedad. Entiendo que tocamos el hartazgo y la crisis de credibilidad en política creció por tanta impunidad, pero ese es el país que dejaron priistas y panistas en largos años de latrocinio.
Obvio, no es fácil zanjar ese conjunto de factores sociales, culturales, morales y económicos que se enquistaron porque nos gobernó un sindicato de criminales. El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. ¿Eso queremos?
Azúcar Morena
El 6 de agosto de 2022, ciento treinta consejeros que saldrán de una gigantesca asamblea estatal tendrán en sus manos la elección del nuevo liderazgo de Morena en Chiapas. Esos consejeros no emanarán de compadrazgos ni caciquismos, sino del sentimiento de la militancia.
El burro hablando de orejas. Como chiste de pésimo gusto puede tomarse lo que dijo hace un par de días el exdiputado Marcelo Toledo Cruz al acusar de oportunista a Enoc Hernández Cruz. Éste es aspirante a liderar los bártulos morenistas.
Enoc no es querubín ni monedita de oro, pero lo que dijo Marcelo suena para ripley. Mejor se hubiera quedado callado.
Es Marcelo un soperutano, cínico, sátrapa, majadero. Está embarrado en podredumbre y él hablando de oportunismo y honestidad.
Oportunista le gritó a Enoc. Pero él ha sido dos veces diputado local plurinominal sin despeinarse. Se ha enriquecido con Morena y tiene un historial político lleno de cochambre. De campesino a multimillonario.
Fue presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso manejando una millonada de pesos. Nunca rindió cuentas a nadie. Cuando se le acusó de corrupto siempre respondió. “Si tienen pruebas, denuncien”.
Aviador
Contador público nacido en una comunidad de Villaflores, con más de 20 años de “docente” sangrando las finanzas del Cobach porque ha sido siempre aviador desvergonzado, lo que en realidad pelea Toledo Cruz es el presupuesto de Morena que recibe la friolera de 30 millones de pesos.
Tiene graves problemas de frustración porque quiso ser alcalde de Tuxtla usando trampas y repartiendo dinero de forma escandalosa. Al final la razón se impuso. Hoy la capital no podía estar en mejores manos.
O sea, para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta. Que vaya al psiquiatra.