“Andaba en malos pasos”

Guerra: la diputada impía

“El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de ella”.

1. Lo escribió sin piedad en su cuenta de Twitter: “El que a hierro mata, a hiero muere”. Patricia Armendáriz Guerra, diputada federal por colusión, se refería de esa manera al asesinato a tiros del alcalde de Teopisca Rubén de Jesús Valdez Díaz, del Partido Verde Ecologista de México.

En una actitud equidistante, de profundo humanitarismo, el gobernador Escandón había manifestado su solidaridad a la familia del infortunado alcalde, reprobó el crimen y ofreció, con energía, que no quedaría impune.

“Andaba en malos pasos”, resumió Armendáriz Guerra sobre ese suceso trágico ocurrido la mañana del 8 de junio de 2022. No sólo hizo alarde de la impunidad que le da el fuero de diputada federal para escribir invectivas horrorosas en sus cuentas de redes sociales, sino algo más grave: mostró, como lo ha hecho tantas otras veces, su falta de empatía ante el dolor ajeno.

“La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, queriendo experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo”, dicen los psicólogos. Racional es la palabra clave. Ella carece de ambas: de racionalidad y empatía.

Desnuda, asimismo, su ausencia de cultura porque a esa cita bíblica (Evangelio, según San Mateo) le ha dado una exegesis abominable y malvada al significado real. Hizo ludibrio (burla cruel) sobre un tema funesto que a todos nos indignó.

Sólo mentes impías son capaces de disfrutar el sufrimiento de otros. Las serpientes son repulsivas, asociadas a la maldad y las tinieblas, criaturas malignas.

Hija del ex gobernador de Chiapas por ocho días Gustavo Armendáriz Ruiz, la señora Guerra ha provocado enésimos shows mediáticos porque quiere despertar morbosidad, interés o curiosidad en la opinión pública, no le importa si es al costo de la desgracia de los demás. Armendáriz Ruiz fue gobernador cuando se hicieron reformas tramposas a la Constitución local.

De repente, Armendáriz Guerra saltó a la política tras participar en un aquelarre televisivo llamado Shark Tank (Tanque de tiburones) que se transmitía por canales de paga.

Ya confesó, sin ruborizarse, que le han ofrecido la gubernatura de Chiapas y ella respondió: “Obvio, no me voy a negar”.

¿Se imagina usted a una gobernadora de esa estatura moral, con tal desprecio por la vida de sus coterráneos? Pero Dios no les da alas a los alacres, dice la sabiduría popular…

2. El caso

El 13 de junio, a las once de la mañana, sostuve una conversación telefónica con el fiscal general del estado Olaf Gómez Hernández. Me dijo que la fiscalía general del Estado, a través de la Fiscalía de Distrito Altos, acababa de cumplimentar orden de aprehensión en contra de tres sujetos por su probable responsabilidad en el delito de homicidio calificado en agravio de Rubén de Jesús Valdez Díaz, el malogrado funcionario municipal de Teopisca.

Antonio “N”, alias “El Diablo”, Francisco”N” y Arnoldo “N”, fueron detenidos como probables coautores materiales. Están a disposición del Juez Penal, autoridad que determinará su situación jurídica.

El abogado Olaf me ha dicho que siguen las diligencias correspondientes para dar con el paradero de más implicados en este crimen. Refrendó su firme compromiso con las y los chiapanecos para garantizar el Estado de Derecho reiterando que ninguna conducta delictiva quedará impune.

¿Sólo un sueño?

En Puerto Escondido, Oaxaca, volcó el camión de una empresa repleto de mercancía. Lo que sobrevino parece insólito en una sociedad atrapada en el odio, rencor y fratricidio. Antes de redactar el texto que usted lee ahora, yo repasaba en YouTube los videos conmovedores del inmortal Martin Luther King.

(Rescato una frase memorable que, seguramente, usted la sabe: Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas).

Pues bien: Tras aquel episodio en Puerto Escondido, a diferencia de lo que hubiera ocurrido en Chiapas, los lugareños en lugar de robarse la mercancía ayudaron al chofer para meterla de nuevo al camión.

Es un acto bello de gran devoción y fraternidad que nos da una lección: todavía quedan valores en algunas personas. A veces, por hechos tan deleznables, parece que hemos caído al inframundo.

Ya ven los saqueos, violencia y atrocidades que cometen guerrilleros de las normales Mactumactzá y Manuel Larráinzar, de San Cristóbal que nos han metido en un viacrucis a nosotros que vivimos en Tuxtla y hacemos vida normal.

Gentes de comunidades de los Altos que a cada rato bajan a la caseta Tuxtla-San Cristóbal porque ahí está su modus operandi.

Cómo quisiéramos ser, siempre, portavoces de noticias como esa de Huatulco porque ética y moral deberían guiar nuestros pensamientos y conducta diaria. ¿Por qué ha de quedarse sólo en un sueño?