De acuerdo con el secretario británico de Defensa, Ben Wallace, desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, el 24 de febrero, al menos 530 tanques rusos han sido destruidos o capturados. El ejército ucraniano habla de hasta 970 tanques rusos destruidos.

Se trata del llamado “efecto caja”, un error relacionado con la forma en que muchos tanques rusos, incluidos el T-72, uno de los más ampliamente utilizados en la actual guerra en Ucrania, guardan y cargan la munición.

A diferencia de los tanques de países occidentales, los rusos almacenan hasta 40 cartuchos en un carrusel en la base de la torreta. Eso convierte los vehículos en una bomba de tiempo.

Expertos alertan que incluso un impacto directo puede desencadenar una reacción en cadena, provocando el estallido de toda la munición a la vez, “decapitando” los tanques.

Dos miembros de la tripulación y un conductor están normalmente dentro de los tanques, y son “blancos fáciles” para las explosiones catastróficas, dijo Nicholas Drummond, un analista de la industria de defensa y ex oficial del ejército británico, citado por el Daily Mail. “Si no sales en el primer segundo, estás frito”, acotó.

No se trata de un defecto nuevo. Llamó la atención desde las guerras del Golfo de 1991 y 2003, cuando los tanques T-72 de fabricación rusa de Irak quedaron expuestos de forma similar.

El diseño tiene ciertas ventajas, como permitir un espacio extra en el interior y dar a los tanques un perfil más bajo, lo que los hace más difíciles de atacar.

Pero a pesar de haber detectado el fallo, modelos posteriores, como el T-90 y el T-80, tuvieron la misma vulnerabilidad debido al sistema de carga de misiles.