¿Enfrentamiento de Poderes?

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó a la Secretaría de Salud cumplir con su deber. Es difícil encontrar en la historia política un episodio de tanta altura republicana como la instrucción a la SSA, a fin de que cumpla con la ley. ¿Enfrentamiento, división o colaboración de poderes? de eso se trata, parafraseando a Shakespeare. No hay dilema, el orden constitucional está para ser cumplido. Un ejemplo es la orden a la SSA para que reglamente el uso de la marihuana para fines medicinales. La dependencia llevaba dos años actuando en contumacia.

La omisión no es exclusiva del gobierno lopezobradorista. Desde 2017, cuando se reformó la Ley General de Salud y el Código Penal Federal para permitir el uso medicinal de la marihuana, se publicó un Decreto que reformó disposiciones de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal para permitir el uso medicinal de la marihuana. La reforma ordenó infructuosamente a la SSA armonizar los reglamentos y normatividad en el uso terapéutico del Tetrahidrocannabinol de diversos isómeros. La SSA de Peña Nieto no cumplió con su deber. La SSA de la 4T tampoco avanzó en el cumplimiento de esta obligación. A la fecha no se ha fincado responsabilidades por la omisión.

Con el cumplimiento de la orden contenida en el Decreto, concluirá una larga batalla que iniciaron padres de familia con hijos enfermos, señaladamente la familia Elizalde cuya pequeña Grace de ocho años sufría 400 convulsiones diarias. Padecía el síndrome de Lennox-Gastaut, una forma de epilepsia que ningún medicamente había logrado mitigar.

La Secretaría hacía como que cumplía, pero al no reglamentar era necesario que personas enfermas acudieran a los tribunales para obtener la protección federal contra las negativas de la autoridad sanitaria para obtener medicamentos del exterior. Desde los debates que organizó el Senado y después el Ejecutivo para revisar el marco médico, social, internacional y legal del problema, la SSA se mostró reacia y siguió puntualmente la regla castellana impuesta por el Rey Fernando el Católico: “Obedézcase pero no se cumpla». La traducción mexicana al precepto es sencillamente «darle el avión» a los quejosos, sin mirar que éstos son mayoritariamente padres desesperados por la salud de sus hijos.

La Suprema Corte que ha sido el ariete más importante en la legalización de la marihuana tanto para uso médico, como en la inminente autorización que dará el Congreso para su uso lúdico con sustento en el derecho al libre desarrollo de la personalidad, ordenó a la SSA que cumpla y preparé los reglamentos indispensables. Una Suprema Corte que actúe así, es lo que hace falta si se piensa en una verdadera transformación del país.

La SSA tiene ahora seis meses para armonizar el uso terapéutico de la cannabis y sus derivados y así garantizar el derecho a su salud. Tiene la SSA la obligación de cumplir con la orden judicial y con la ley, pero además mostrar a México que su función es garantizar la salud pública. Tiene igualmente la oportunidad de desmarcarse de la gestión sanitaria del gobierno de Peña Nieto que resultó un oprobio a la república.

La SSA de la 4T, después de la crítica y desaprobación popular por su dudoso desempeño y numerosos tropiezos iniciales, puede reivindicarse y situarse a la altura de gestiones anteriores que hicieron a la SSA, junto con la SEP, las dependencias más importantes para la justicia y el desarrollo social de México. Varias gestiones públicas anteriores forjaron esta ruta ejemplar: Zubirán, Soberón, Kumate, de la Fuente, González Fernández, Frenk.