Los otros ángulos de la recuperación turística

Poco espacio de duda existe para identificar que la recuperación turística del país y sus destinos se aceleró en los meses recientes; prueba de ello ha sido su magnífico desempeño en las vacaciones veraniegas que recién concluyeron. En términos generales, las playas y otros destinos recibieron multitudes de turistas que volvieron a dar vida a comunidades que se van reencontrando con lo que, ahora sí, parece ser una nueva normalidad.

En el mundo parece prevalecer un comportamiento de recuperación más o menos similar, a partir de este verano, periodo en el que incluso los mercados asiáticos empiezan a recuperar su enorme poderío. Nueve de las 10 rutas aéreas domésticas con mayor número de asientos disponibles en el mundo en agosto operaban en Asia. Otros destinos mexicanos, además de las playas, muestran también señales de recuperación más claras; es el caso destacado de las grandes ciudades, que cada vez más se acercan a niveles de operación prepandémicos

Notables han sido, sin duda, los resultados en algunos de los indicadores que hace unos días actualizó la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación referidos al turismo internacional, entre los que sobresalen el saldo de la balanza turística, que alcanza cerca de 13 mil millones de dólares en los primeros siete meses del año, contrastando con casi 19 mil millones de dólares del déficit en la balanza comercial en el mismo periodo.

También hay que destacar los primeros datos duros que se conocen del mismo segmento del turismo internacional, pero ya para agosto, que se desprenden de los reportes de pasajeros internacionales en tres aeropuertos que en conjunto reciben dos terceras partes del movimiento turístico de allende las fronteras: Cancún, Los Cabos y Puerto Vallarta. En ellos vemos como en el acumulado anual a dicho mes, superan en 14.3%, 17.8% y 4.6% los registros del mismo periodo en 2019, respectivamente.

En cuanto al mercado nacional, la tendencia es muy favorable y muestra de ello es que el volumen de pasajeros transportados en los primeros siete meses de año en rutas domésticas es ya superior en 2.7% al transportado en el mismo lapso de 2019.

Evidentemente, estos resultados son solo una muestra, pero en todo caso parecen señalar lo que bien puede ser definido como una tendencia en un complejo entorno económico tanto en el mercado doméstico, como en los mercados internacionales. Así, no se puede descartar que los resultados estén impactados por el gran apetito por viajar, luego de los periodos de confinamiento y restricciones a la movilidad de las personas.

No obstante, no todo es miel sobre hojuelas, toda vez que hay segmentos de mercado, destinos y actividades que siguen padeciendo y cuyos resultados no acaban de ser del todo brillantes.

Esto con independencia de que algunos cambios estructurales de la actividad turística para los próximos años aún están en un proceso de configuración y tomará algún tiempo que acaben de dar, por completo, cara en los mercados.

Cuatro son los rubros en donde es posible identificar que prevalecen malos resultados en el turismo mexicano: llegada de pasajeros en crucero, turismo fronterizo, turistas internacionales y turistas al exterior por vía aérea. El primero de ellos presenta todavía una reducción de 30%, aunque se aprecia una muy clara tendencia de recuperación; por lo que hace al turismo fronterizo, este es el segmento más afectado, con reducción en torno a 40% y con pocas señales de mejora; en consecuencia, estos resultados afectan a los de turistas internacionales, que están compuestos de la suma de los turistas fronterizos y no fronterizos. Por lo que toca a los mexicanos viajando al exterior, el componente más relevante es el de aquellos que realizan esos viajes por vía aérea y que se situaban 13.8% por debajo. En todos los casos, los comparativos son de enero-julio de 2022, referidos al mismo periodo de 2019.

Por supuesto que los resultados son buenos y deben animar a una industria profundamente golpeada por la pandemia; sin embargo, no es tiempo de complacencia, pues el futuro inmediato es muy retador, habida cuenta los múltiples retos que enfrenta al turismo, dentro de los cuales destaca la reaparición de la competencia, una difícil situación económica mundial y la inseguridad que prevalece en diferentes partes del país.