México está ausente en los grandes temas de AL
“La inactividad de la Celac es notoria y su liderazgo en estos momentos no está siendo dinámico”, aseguran. Cortesía

Tras 16 meses como presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), fundada en 2010 con la peculiaridad de que excluyó a Estados Unidos y a Canadá, México enfrenta la debilidad de ese bloque por la profunda desintegración de los 33 países del área.

Las crisis de Venezuela —que recrudeció desde 2014— y de Nicaragua —que estalló en 2018—ahondaron la división entre los 33 y agudizaron la pérdida de influencia de la Celac, convertida en una de las principales apuestas de la política exterior de México.

En la Celac, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es reconocido como legítimo, entre otros, por México, Cuba, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Trinidad y Tobago y San Vicente y las Granadinas, pero desconocido por Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, Costa Rica, Panamá, Guatemala, El Salvador, Surinam, Bahamas, Haití y Honduras, que reconocen al opositor Juan Guaidó como interino.

Un hecho evidenció la honda fragmentación: la más reciente cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Celac fue en enero de 2017 en República Dominicana y en enero de 2021 completó cuatro años consecutivos sin lograr reunirlos como su máximo eje de concertación.

México asumió el 7 de enero de 2020 la presidencia temporal y efectuó ese mes, en la capital mexicana, una versión ministerial de la cumbre, pero sin jefes de Estado y de Gobierno y en el inicio de un año en el que la pandemia impidió citas presenciales y las limitó a teleconferencias.

“El regionalismo en América Latina está en su punto más bajo. No recuerdo una situación de tanta debilidad en los últimos 30 o 40 años, por la notoria polarización regional acentuada desde hace unos 10 años”, dijo la ex presidenta costarricense Laura Chinchilla (2010-2014).

“México está ausente en los grandes temas regionales”, señaló.

Al deplorar que “entramos muy debilitados” a la epidemia sin concertación, indicó que “habríamos podido gestionar mejor la crisis si colectivamente hubiésemos fortalecido nuestra posición negociadora para pelear por implementos médicos y vacunas” y por ayuda financiera.

Por su parte, la ex canciller boliviana Karen Longaric alegó que “la Celac no es un esquema de integración regional. Es un foro político que inicialmente pretendió sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA), pero al ser carente de instituciones y de órganos nunca llegó a funcionar completamente”.

A ese discurso “posteriormente se plegó (el presidente de México, Andrés Manuel) López Obrador con un manejo arbitrario y demagogo del organismo al despojar a Bolivia de la presidencia (temporal) de la Celac antes de que esta cumpliera el periodo de mandato”, acusó Longaric, canciller de noviembre de 2019 a noviembre de 2020.

La cancillería mexicana defendió como legal su ascenso a la presidencia, a la que definió en febrero anterior como “el foro más representativo de la región y el único que reúne a los 33 países”.

Petrocheques

Al recordar que la Celac fue creada por iniciativa del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez (fallecido en 2013), la opositora venezolana María Corina Machado mencionó que fue “parte de la diplomacia de la ‘petrochequera’ con recursos de los venezolanos”.

Con la Celac, Chávez “buscó neutralizar” a la OEA y aislar a EU y a Canadá de “una acción conjunta de los países de las Américas ante lo que ya ocurría en Venezuela al socavarse sus instituciones democráticas y libertades individuales”, relató Machado.