Excluidos de la actividad económica de sus países, miles de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños huyen a diario del desempleo en Guatemala, Honduras y El Salvador y migran sin visas a México y Estados Unidos, pero ya en el exterior remiten miles de millones de dólares a sus parientes y se convierten en piezas claves para los mismos sistemas económicos que les marginaron y expulsaron.

Agudizado por el coronavirus, el desempleo en el Triángulo Norte de Centroamérica se desborda a diario a México y EU con rostro de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños etiquetados como migrantes irregulares y expulsados de sus países como víctimas de la añeja marginación social.

Al celebrarse este sábado el Día Internacional de los Trabajadores, la crisis laboral en las tres naciones reafirmó la falta de empleo como detonante de la masiva migración sin visas a EU y a México.

“Lo que interesa a gobiernos y políticos son las remesas”, afirmó el abogado hondureño José Luis Baquedano, asesor legal de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH).

“Desgraciadamente la economía depende de la remesa que llega de EU, Canadá, México y otros países a los que la gente migró a buscar empleo”, dijo Baquedano, en una descripción sobre Honduras similar a la de Guatemala y El Salvador.

“Sin trabajo y con un alto costo de la vida, la gente es incapaz de acceder a lo más sagrado y elemental como la seguridad alimentaria y se ve obligada, por esta circunstancia y por la inseguridad y violencia, a huir del país”, explicó.