La nueva reforma al Poder Judicial, aprobada en el mes de abril por el Congreso mexicano, deja mucho que desear, pues a pesar de que contiene modificaciones para fortalecer el trabajo de jueces y magistrados, no combate del todo a la corrupción, no garantiza la independencia y además no privilegia el involucramiento de la ciudadanía.

Así lo afirmaron expertos juristas al participar en el seminario “Autonomía e Independencias Judiciales, división de Poderes y Democracia”, organizado por la Cámara de Diputados.

La maestra Laurence Pantin, coordinadora del Programa de Transparencia en la Justicia de México Evalúa, observó que para que haya un combate real a la corrupción, la reforma debió modificar las reglas que rigen a las contralorías.

“Si realmente el objetivo de esta reforma es combatir la corrupción, faltó reformar las contralorías, quienes no tienen nada de independencia al realizar sus auditorías, hay muy poca transparencia en estas auditorías y los auditores pueden ser víctimas de presiones, por eso se debió reformar, esto hubiera sido deseable”, puntualizó.