La muerte de Mario

Veíamos como algo ajeno a nosotros los asesinatos de periodistas. Aunque esos lamentables hechos han ocurrido muy frecuente y recientemente en Veracruz, cerca de Chiapas, los seguíamos viendo extraños a nosotros.

Esa entidad tiene registros del mayor número de asesinatos contra periodistas.

Sin embargo, hace unos días, el viernes 21 de septiembre, ese fantasma apareció donde menos nos imaginábamos, en Yajalón, un municipio enclavado en las montañas del norte de Chiapas, colindante con Tila, Tumbalá y Chilón.

Los alrededores de Yajalón hacen valer su nombre en tseltal. Quiere decir: tierra verde.

Transcurría aparentemente normal la mañana de ese viernes.

Nadie se había percatado que al menos dos hombres y una mujer ya habían pasado algunas veces frente al domicilio del periodista y corresponsal de un diario de la capital Tuxtla Gutiérrez, Mario Leonel Gómez Sánchez.

Y mucho menos nadie imaginaba tampoco que su presencia era para organizar el crimen en su contra minutos después.

Ubicada a unos metros y sobre la misma acera de la casa del referido comunicador, una cámara de vigilancia grabó, silenciosa y estática, los momentos previos a su asesinato y registró la presencia de quienes habían circulado previamente por ahí para garantizar su presencia física.

Ahí quedaron registradas las imágenes de una motocicleta de color rojo, a bordo de la cual van dos sujetos. Uno de ellos, el que va atrás, saca de entre sus ropas un arma de fuego, extiende el brazo y dispara contra el reportero que estaba frente a su casa.

Después nos enteramos de que las balas dieron en su abdomen y que todavía fue llevado con vida a un hospital cercano donde falleció minutos después. No les importó que hubiera otras personas alrededor de su víctima que han de fungir como testigos del crimen.

Los motociclistas llevaban cascos protectores que escondían sus rostros.

Así terminó la vida del periodista de 41 años quien ya antes había denunciado amenazas en su contra. Lamentable.

La Fiscalía General del Estado reveló ayer lunes que ya hay un detenido, presunto involucrado en el asesinato, y que tiene identificados a dos más por cuya localización está ofreciendo 300 mil pesos.

El esclarecimiento total del crimen, detener a los asesinos materiales y al autor o autores intelectuales del mismo, ayudará sin duda alguna a que sea más respetado el trabajo de los comunicadores.

¿Y la calidad educativa?

La Reforma Educativa vuelve a estar en boga y no es para bien. El dilema hoy es si el nuevo gobierno federal y sus legisladores en ambas cámaras legislativas la van a derogar completamente o sólo la van a modificar. Desde el presidente electo hasta los demás actores del futuro gobierno morenista han expresado ambigüedades sobre el tema. Algunos de ellos han dicho que a la reforma educativa se le van a quitar hasta las comas, otros, como el futuro secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán ha dicho que la evaluación educativa se mantendrá y por ese mismo sentido se han ido otros.

De manera tal, que nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que van a hacer con los textos constitucionales y sus leyes secundarias, pero no sólo eso, no han expresado una idea clara de qué querrán hacer o cómo le van a hacer para elevar la calidad de la educación básica.

Las reformas constitucionales en esa materia pudieran tener imperfecciones, pero su esencia es totalmente positiva: acabar con viejos vicios de las dirigencias magisteriales e impulsar medidas tendientes a mejorar la calidad en la educación básica que está por los suelos, comparada con las de otras 34 naciones con niveles económicos similares a los de México.

Reporte Índigo publica esta semana un amplio reportaje sobre ese tema. Ahí señala que la posible cancelación por parte del gobierno entrante de la reforma educativa que se implementó en el actual sexenio ha desatado un conflicto entre quienes dejan el poder y los que llegan a ocuparlo, pues a pesar de que ésta ha tenido fallas, también logró diversas mejoras que podrían perderse y que afectarían gravemente a los estudiantes.

De igual manera y en ese contexto, el politólogo Jorge Javier Romero, reflexiona que “si se echa para atrás la reforma educativa vamos a volver a un sistema controlado por el sindicato, en donde lo que se premia es la lealtad y la disciplina sindical y no el buen desempeño de los profesores”.

Efectivamente, los maestros de la Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE), disidencia magisterial y el ala más radical de ese gremio, se enfurecieron cuando se dieron cuenta que todos los privilegios suyos se iban a terminar con dichas reformas constitucionales y así fue:

Los representantes del futuro gobierno federal y de los representantes legislativos han dicho que van a echar abajo la reforma, pero no han sido claros si eliminarán de tajo la evaluación o será sustituida por otra distinta.

El mismo reportaje, referido líneas antes, señala que en la discusión sobre la reforma prevalecen sobre todo posturas políticas y dejan en un segundo término a los niños y jóvenes.

A estas alturas ya no importa lo que hayan hecho en ese sentido los que se van. Y tampoco qué querrán hacer los que van a llegar, porque todavía faltan dos meses y seis días para que entren en funciones.

Lo único válido hoy sería una reflexión profunda respecto de cuáles son aquellos aspectos útiles de los textos constitucionales y legales que deben ser conservados, y cuáles de ellos sí son necesarios modificarlos o quitarlos.

El próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, debería ver con ojos de hombre de estado a la Reforma Educativa y dejar de lado a quien la haya hecho.

De esa forma, podrían llegar todos los actores políticos a un equilibrio y así heredar al país algo positivo para las generaciones futuras.

alexmoguels@hotmail.com