México, en enorme dilema

La foto y los videos de la caravana de migrantes que ya está en Chiapas le han dado la vuelta al mundo.

Ese era un tema que nos parecía lejano. Esas imágenes ya las habíamos visto hace dos o tres años con migrantes que iban desde países asiáticos hacia países europeos. Se llegaron a contar por millones y crearon muchos problemas políticos, económicos y sociales en los lugares de destino.

Se veía un fenómeno lejano. Hoy tenemos ese mismo fenómeno entre nosotros. Aquí frente a nuestros ojos y oídos.

México está en un gran dilema. Tiene la obligación humanitaria de, por lo menos, tratar bien a los migrantes centroamericanos quienes vienen huyendo de sus países de origen porque allá no hay formas de sobrevivir.

Si México no trata en forma humanitaria a esas personas, no tendrá calidad moral para reclamar un buen trato a nuestros connacionales en los Estados Unidos.

Sin embargo y en contra parte, el gobierno mexicano tampoco puede darse el lujo de ofrecerles trabajo, por dos simples y sencillas razones: ellos no quieren quedarse en México. Ellos quieren irse hasta los Estados Unidos. Y dos: nuestro país no puede proveer de suficientes empleos a sus propios ciudadanos, mucho menos podrá ofrecérselos a los extranjeros.

No seamos ingenuos. No se puede hacer esto último.

Frente a esos escenarios realistas, a este momento nadie ha propuesto una solución viable a ese problema.

El Instituto Nacional de Migración (INM) está dándose a la tarea de elaborar fichas de ingreso. Un control migratorio, vaya. O, en su caso, está atendiendo solicitudes de refugio. Es otro mecanismo por el cual ellos podrían permanecer de manera legal y temporal en territorio mexicano.

De acuerdo con las leyes mexicanas, la solicitud de refugio es gratuita y el interesado puede presentarla por escrito o verbalmente.

Refugiados, una opción

La Ley Mexicana sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, exige los siguientes aspectos:

La condición de refugiado es una figura ampliamente reconocida a nivel internacional y está regulada de manera específica por la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, adoptada en Ginebra, Suiza, el 28 de julio de 1951.

Esta ley establece que un refugiado es una persona que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas”, se encuentra fuera de su país y no puede o quiere acogerse a la protección de tal nación.

“O que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él”.

También tienen derecho a que se les reconozca esta condición a las personas que han huido de sus países porque su vida, seguridad o libertad han sido amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público.

El portal digital ADNPolítico publicó un texto amplio, revelador de ese tema y señala que todo extranjero que se encuentre en territorio nacional tiene derecho a solicitar, por sí mismo, o por su representante legal la condición de refugiado.

Y que el solicitante tiene derecho a recibir información clara, oportuna y gratuita sobre el procedimiento de reconocimiento de la condición de refugiado y sobre los derechos inherentes al mismo.

Durante el procedimiento, añade, la Secretaría de Gobernación tomará las medidas necesarias para garantizar el otorgamiento de asistencia institucional a los solicitantes que requieran atención especial, así como mujeres embarazadas, niñas, niños y adolescentes, personas adultas mayores, con discapacidad, enfermos crónicos, víctimas de tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, de abuso sexual y violencia de género, de trata de personas o a cualquier otra persona que pudiese encontrarse en situación de vulnerabilidad.

De manera tal que México está obligado a observar esas normas de carácter internacional para acoger a cualquier persona que compruebe está en esas condiciones.

De acuerdo con todo lo que hemos visto en meses recientes, los migrantes que vienen en dicha Caravana que está en la frontera sur de México, pero dentro de territorio mexicano, han de reunir todos esos requisitos para acogerse a la condición de refugiados.

Por ejemplo, el extranjero deberá presentar por escrito su solicitud ante Gobernación dentro de los 30 días hábiles siguientes a su ingreso al país y aportar toda la información que permita sustentar su petición.

Hecho todo lo cual, autoridades mexicanas no tendrán ningún motivo sustentado para negarles tal petición.

Y allí no habrá mayor problema porque se tratará de una estancia temporal. No importa si se tratará de días, meses o años. Pero el extranjero estará registrado oficialmente ante las autoridades. Éstas sabrán en todo momento quién es y dónde estará viviendo.

Con ello se acabaría el temor de que dentro de ese grupo se encuentren sujetos con malas intenciones.

Ayer escuché que había aumentado a más de mil el número de solicitantes de refugio en México. Sin embargo, las imágenes nos han mostrado que hay muchos más que no estarán dispuestos a irse por esa vía. Ellos quieren internarse a EU a como dé lugar. Éstos se han tragado la idea del famoso sueño americano.

De boca en boca

Producen tristeza los conflictos que a menudo ocurren en las universidades de Chiapas. Son centros académicos donde deben predominar el conocimiento, inteligencia, sensatez, comprensión y prudencia humanas. Pero en muchos casos ocurre exactamente lo contrario. En la Unicach, me cuentan, el problema mayor ha sido la voracidad y radicalismo sindical. Sus líderes no se miden a la hora de intentar negociar.

alexmoguels@hotmail.com