Presentación del libro El ánimo de una generación y una época. Revista ICACH (1959-1988)

Es una auténtica celebración la Feria Internacional del Libro Unicach/2018, y en esta oportunidad tendré algunas participaciones, una de ellas, es la presentación de un libro de mi autoría: El ánimo de una generación y una época. Revista ICACH (1959-1988). Estudio, índice de textos e ilustraciones y apéndice biográfico, editado por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.

La cita es el próximo lunes 1 de octubre a las 7 PM, en el Auditorio de Rectoría de Unicach (Ciudad Universitaria, Libramiento Norte), y asistirán con sus comentarios el Dr. Rodolfo Calvo Fonseca, rector de Unicach; Dr. José Antonio Molina Farro, exrector de Unicach; Mtro. Julio César Sánchez Esquinca, librero y promotor cultural; y el Dr. Valente Molina, historiador y director del Museo Regional Chiapas del INAH.

El objeto de estudio de este libro es la Revista del Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas (ICACH), que sintetiza el ánimo científico y artístico de una época en Chiapas (1959-1988), por ello el título. Durante 29 años se publicó una secuencia de números similar, aunque su edición contó con diferentes periodos de aparición, consignadas en tres épocas.

En la elaboración del marco teórico a partir de la revisión documental se delimitó con mayor precisión el objeto de estudio y se constató el estado de la cuestión, motivo teórico metodológico por el que no son examinados, y no por su valía intrínseca, los 5 números de la Revista de Investigación. Ciencia y Arte en Chiapas aparecen en la naciente Unicach, misma que tiene como subtítulo “Revista ICACH nueva época”, publicadas en el lapso de diciembre de 1995 a marzo del 2000.

La publicación que abordé fue editada con un acabado ejemplar muy cercano al libro. Contaba con lomo, 150 páginas, aproximadamente, en cada entrega; la medida era especial y los textos se presentaban en una sola columna. Entre sus autores hay notables científicos y artistas tanto locales como regionales, nacionales y extranjeros, y noveles, ejemplo de lo cual son los artículos de Miguel Álvarez del Toro o bien la ópera prima de Raúl Garduño.

La presentación del libro, lo hace mi amigo el Dr. Sarelly Martínez, altamente especializado sobre la historia de la prensa en Chiapas, y en esta entrega, les ofrezco el texto en cuestión:

“El estudio de Mario Nandayapa sobre la revista ICACH, que ahora se presenta, es pionero en Chiapas. Esa originalidad de nada serviría si no fuera acompañada, como es el caso, de rigurosidad académica.

El resultado es un trabajo serio sobre la publicación insigne del Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, porque dimensiona a los colaboradores y a sus textos. El escrito que, a primera vista, pareciera ser un catálogo desabrido, analiza en un primer momento la trayectoria de las instituciones educativas en el estado y menciona las revistas más emblemáticas editadas en la entidad. Con esos datos se sabe que ICACH fue capaz de nuclear a los escritores e investigadores más importantes de Chiapas. Poetas, novelistas, arqueólogos, historiadores, incluso periodistas y creadores de diversos intereses, que se habían de conocer en el futuro, encontraron en sus páginas un espacio para sus expresiones iniciales.

Sin la revista ICACH es imposible entender la dinámica cultural en este rincón del país. Su actividad, afortunadamente, no se circunscribió a Chiapas, sino que logró posicionarse en círculos intelectuales de otras partes del país. De los 109 colaboradores, 29 eran extranjeros, 44 chiapanecos y 36 de otras entidades de la república.

Mario Nandayapa decidió emprender esta tarea que, por los resultados, debió significar horas de análisis, cotejos y comparaciones de los 240 textos que encontraron cabida en la revista ICACH. Como medio de divulgación, la revista no se limitó a un campo, dio cabida a textos históricos, antropológicos, arqueológicos, incluso biológicos, médicos y botánicos.

El mapa metodológico que utiliza el investigador no es nuevo en México, y él lo reconoce. Se ha empleado, sobre todo en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, pero en Chiapas sí constituye el primer trabajo serio con este enfoque.

La primera dificultad que debió presentarse al autor fue encontrar los datos fundamentales de los colaboradores: fecha y lugar de nacimiento. De algunos fue imposible conocer esos mínimos aspectos de su biografía, porque escribieron una sola vez y no dejaron datos sobre su trabajo literario o científico, ni tampoco de su vida. La mayoría, afortunadamente, tuvo un arranque triunfal y sus nombres fueron referentes en el quehacer cultural de Chiapas. Otros, cuando ofrecieron sus textos a la revista ICACH, eran ya reconocidos en el grabado, el ensayo, la narrativa o en la investigación. El apéndice biográfico que aparece al final del libro es muy valioso, no sólo porque está redactado con elegancia y precisión, sino porque ilustra sobre el perfil de los autores.

En las páginas de la revista ICACH aparecen personajes muy conocidos en la entidad, como Manuel Velasco Suárez, Luis Alaminos, Rosario Castellanos, Miguel Álvarez del Toro, Eliseo Mellanes, Héctor Ventura, Jesús Agripino Gutiérrez, Daniel Robles Sasso, Armando Duvalier, Andrés Fábregas Roca, Enoch Cancino Casahonda; pero también los que brillaban en el escenario nacional, como Pablo González Casanova, Rubén Salazar Mallén, Juan Rulfo, Carlos Pellicer o Agustín Yáñez, y los entonces jovencísimos Raúl Garduño y Joaquín Vásquez Aguilar.

Esta tarea sólo pudo acometerla alguien con la formación intelectual de Mario Nandayapa, quien desde muy pequeño comprendió que su labor estaba en las humanidades. Y se ha afanado en demostrarlo con la publicación de poemas, cuentos, ensayos, investigaciones históricas, literarias y hasta antropológicas, sobre todo por esa relación apasionada que mantiene con el Río Grande y Chiapa de Corzo.

A Mario Nandayapa no se le comprende plenamente si no se le ve envuelto en la magia de su tierra.

Cuando estudiaba el doctorado en Letras Hispanoamericanas en Chile se convirtió en el mejor embajador de Chiapas y de Chiapa de Corzo. Excavó, además, para encontrar lazos entre nosotros y los chilenos. Buscó a chilenos en Chiapas y a chiapanecos en Chile. Encontró que un chiapacorceño sobrevoló, por vez primera, los Andes de pico a pico.

A los lugares a donde vaya, su agenda está tapizada de Chiapas, de consulta de archivos, bibliotecas y entrevistas que permitan aclararle algún dato de su tierra.

En una ocasión se nos ocurrió hacer un viaje monstruoso por carretera de México a Costa Rica. Él se aferró a que lo haría en coche para visitar no sé qué poblados con rastros de chiapanecas en Nicaragua. Desistió del coche cuando se enteró que era prácticamente imposible transitar con seguridad Guatemala, El Salvador y, por supuesto, Nicaragua.

De todos modos, cumplió su itinerario. Viajó a Diriamba, un pueblo caluroso y polvoriento, de donde vinieron —dice la leyenda— nuestros primeros padres. Era el antiguo Votán nicaragüense, cuna de héroes y de dioses.

Cuando paseaba en el parque de Granada, Nicaragua, y vi una danza muy parecida a los parachicos, supe que Mario tenía razón. Pero confirmé sus dichos cuando descubrí que a la sombra de un nambimbo, la gente movía con ritmo su jícara de morro, en la que tomaba algo que debía mitigar el calor de las 12 del día. Bebían tiste, que no es otra cosa que pozol de cacao.

Como buen investigador, Mario Nandayapa une cabos, hilvana vivencias y vincula rastros de nuestro pasado con otras partes del mundo.

Su mundo imaginativo es tan rico que a veces lo abruma. Se llena de tareas imposibles. Lanza tesis osadas. Teje y desteje leyendas. Así es. Mítico. Mitológico. Creativo. Disciplinado.

Este trabajo es testimonio de su preocupación: Chiapas y lo que gravita en la patria chica.

Su archivo y biblioteca personal, que ha construido a lo largo de los años con miles de documentos, periódicos, revistas, libros raros, litografías, grabados, fotos, es muestra también de su pasión por lo nuestro.

Vendrán, seguramente, más trabajos sobre Chiapas escritos por la incansable y refrescante prosa de Mario Nandayapa, porque esa es su vocación: airear nuestro pasado, husmearlo y ponerlo en nuestras manos para que todos podamos comprender nuestra historia, comentarla y rendirle homenaje, como ahora, con la publicación emblemática de la cultura chiapaneca, la revista ICACH.”