¿Y los Narcos?

Nuestra Defensa

Los hechos relacionados con el narcotráfico son los grandes ausentes en las ya célebres “mañaneras” de AMLO que han continuado, imparables, pese a las restricciones legales por la veda electoral. Esperemos que esta costumbre repetidora y muchas veces insubstancial desaparezca pronto -le quedan a Andrés seis meses y once días en el poder Ejecutivo-, para siquiera no ser bombardeados todos los mexicanos con una concatenación de adjetivos soeces que en nada ayudan a la unidad y sí exaltan los radicalismos.

Sin duda, el origen de la división creciente entre nuestros coterráneos se da a partir del léxico “lópezobradorista” tan insistente como sus caprichos proyectados a las obras icónicas de su período cuya inutilidad se observa crecer cada día. No sirven pero las presentan como las mayores muestras de la grandeza de la 4T, acaso la mayor de las falacias. Mientras, el Tren Maya pasa sobre órdenes judiciales, joyas arqueológicas y severos daños a la ecología del sureste del país. Los daños serán irreparables para fortificar el gran negocio del sexenio: el contrabando de maderas finas que ya dejó en los bolsillos de los socios principales del mandatario más de tres billones de pesos.

México está entrampado entre la violencia gestada por el narcotráfico y la voracidad sin límites, ni fondo, de los inversionistas favoritos del régimen, los intocables que supuestamente no existirían en este período y han sido más descarados que en ninguna otra época. Nunca los multimillonarios han sido más ricos y jamás los pobres han estado más sumidos en la impotencia sin que les importe vender sus voluntades políticas y personales a cambio de bonos que van a parar, la mayor parte de las veces, a quienes exaltan el vicio como la primera necesidad de los ninis y los adultos mayores sin esperanzas. ¿Bienestar?

Lo anterior nos lleva al drama de los desaparecidos que no son sólo los cuatro estadounidenses que cruzaron la frontera para que una dama se hiciera cirugía plástica, sino son mucho más de lo imaginable: hay, en este momento, más de 500 ciudadanos de EUA, y curiosamente nadie apunta hacia esta pavorosa situación como se hizo hace un año en Matamoros buscando a cuatro, dos de ellos hallados muertos, uno herido y una señora ilesa —la que buscaba cirugía más barata—, con el escándalo subsiguiente. ¿Y las demás no tienen interés político para sendos gobiernos hipócritas? Porque tanto peca el que mata a la vaca como el que le amarra la pata, según el refranero popular.

¿Qué entraña entonces la búsqueda de los cuatro de Matamoros considerando que en menos de 48 horas dieron con ellos aunque dos fuesen encontraos muertos? ¿Por qué no se ha puesto el mismo cuidado y celeridad en los casos de los quinientos escurridizos de EUA? Y no se diga acerca de la escasa atención sobre los mexicanos desaparecidos o muertos como en el caso de la infeliz dama Arely Pablo Servando, con 33 años de edad, asesinada a tiros durante el fuego cruzado en Matamoros contra los presuntos responsables del secuestro de los estadounidenses.

Hay privilegios siempre para los casos de extranjeros y aun así no se aplican las Fuerzas Armadas en los 500 casos de desaparecidos extranjeros, de EUA concretamente. ¿Cómo podrían esperarse resultados para los más de 100 mil esfumados, mexicanos, seguramente destinados a trabajos forzados en las minas canadienses en México o, simplemente, muertos en reyertas del ejército y los narcos acaso como escudos humanos? La ironía es que de éstos nadie suele hablar porque no le conviene al presidente... son más de 100 mil.

Ahora, hasta los familiares de militares y exsoldados protestan por las condiciones que deben o debieron soportar en el cumplimiento de sus deberes. Observamos, por ejemplo, a la exaltada Guardia Nacional, a cargo del búnker construido en la era de Calderón para la Secretaría de Seguridad Pública y presentado como parte de la descomposición corruptora de éste —en realidad fue un proyecto para brindar mayor tecnología para lo asuntos relacionados con el crimen organizado aunque pocos resultados se obtuvieron salvo en el renglón de los secuestros como pude corroborar—, sin detenerse a analizar los 242 cuarteles inútiles, sin mobiliario además, entregados a la Guardia Nacional antes de que fuese incorporada esta corporación a la Secretaría de la Defensa. ¿Acaso en los meses subsiguientes no se señalará a este despilfarro como uno de los mayores actos de corrupción de la 4T?

La Anécdota

Es necesario, de una vez por todas, puntualizar si tiene porvenir la lucha ciudadana a favor del INE y en contra del llamado Plan B que reduce aéreas, estruja estructuras y brinda mayores candados para el mandante y sus grupos políticos —-no sólo Morena sino igualmente el PT, el Verde y el PES, además de otras corporaciones cooptadas—.

Es importante analizar los elementos que deterioran la vida democrática del país mientras se resuelve lo conducente en la Suprema Corte de Justicia, manchada por la corrupción de algunos de sus ministros, entre ellos, Yazmín Esquivel de Riobóo y, sobre todo, Lenia Batres Guadarrama, que demuestran su afinidad con AMLO precisamente para ganar impunidad y prebendas. Esta es también una forma grotesca de aplicar el modelo corruptor sobre cualquier intención de limpieza.

Si la ineficiencia es una forma de corrupción —así lo expresó hace años Miguel de la Madrid quien luego cayó en la más feroz impunidad—, este régimen, el de la 4T, es el peor de todos y ya comienzan a percibirlo hasta quienes reciben los famosos bonos dentro de una sociedad dominada por los vicios, el ocio y el “importamadrismo”.

loretdemola.rafael@yahoo.com