Campañas; cansada la gente de mentiras

El ritual sexenal de las campañas políticas está en marcha como siempre, plagadas de mentiras y promesas de todo tipo, que brotan de todos los candidatos que pretenden la Presidencia de la República, varias gubernaturas, incluida la de Chiapas, diputaciones locales, federales y senadurías y pendientes por días en la entidad, las Alcaldías municipales.

Son las mismas, con cierto matiz diferente, como la costumbre de firmar ante notario, los compromisos para la solución de los problemas sin fin como la pobreza, el hambre, la desnutrición, el desempleo, los bajos salarios abismalmente distantes de la realidad inflacionaria, donde el alza gradual de las gasolinas y el diesel llegan ya a niveles desesperantes para los que menos tienen, porque no se necesita tener un automóvil, para padecer las consecuencias.

El imperio inescrupuloso de la “libre empresa”, que hace de la carestía su mejor carta de presentación, frente a un poder adquisitivo pulverizado, no solamente de las clases socioeconómicamente bajas, sino medias, que han empezado a escuchar otra vez el canto de las sirenas, de que, ahora sí, todo tendrá desde la perspectiva electoral, la respuesta favorable al interés general, si apoyan la causa de los ungidos de todos colores y siglas.

Pero no todo está concertado en ese sentido. Hay escepticismo. La mayoría de los más de 120 millones de mexicanos ha perdido la credibilidad en los políticos y en los gobernantes, que de principio a fin de sus mandatos han jurado y perjurado que todo va a cambiar, pero pasado el tiempo del ejercicio que ahora concluye, la situación no únicamente no ha mejorado, sino empeorado, creando cada vez más un ambiente de hostilidad y repudio a la conducta demagógica.

La misma historia que ahora se pretende renovar. Diputados y senadores que en su mayoría no responden al interés popular, sino del que manda, a cambio de compensaciones extraordinarias, que se suman a su ya de por sí insultantes salarios y concesiones para aprobar reformas o “moches” millonarios para autorizar préstamos a la banca, que nunca se transparentan en su aplicación, como a nivel local ocurriría en Chiapas durante la administración de Juan Sabines Guerrero (2006-2012), que dejaría una deuda pública superior a los 20 mil millones de pesos, y casi seis años después sigue sin ser investigada, en detrimento de la ya de por sí maltrecha economía estatal, donde el hambre de los indígenas es la cara más indignante de esa realidad.

Mentiras, una tras otra, que conforman el panorama nacional de la corrupción y la impunidad de políticos y gobernantes, que han hecho del cinismo la práctica más común en un quehacer cotidiano sin castigo ejemplar, que hoy inciden de manera importante en el ánimo del conglomerado social, que sabe que no tiene muchas alternativas en la elección de candidatos, conscientes de que lo que menos tienen es honorabilidad y honestidad.

Ni el mismo Andrés Manuel López Obrador, al que su equipo de asesores nacionales y extranjeros en materia de imagen y asuntos electorales, lo han encumbrado por alturas difíciles de creer, pues son resultado de la manipulación mediática, sustentada en un blindaje intolerante que nadie, según ellos, puede quebrantar, ya que el “liderazgo es indiscutible y no retroactivo”.

Imposible, que después del primer debate, el puntaje a favor haya aumentado, cuando según las cifras estimadas de audiencia, de más de 11 millones de tele espectadores constataron la incapacidad del candidato de Morena, para responder, por citar un ejemplo, el cuestionamiento sobre el uso de más de tres mil millones de pesos que el Instituto Nacional Electoral, le ha entregado y de los cuales no han rendido en ningún momento cuentas, como lo ordena la ley.

Tampoco, el porqué favorece con esos cuantiosos recursos a todos sus hijos y demás familiares, que se mantienen de manera permanente en la nómina del partido político que maneja como un negocio particular, cuando los fondos provienen de las arcas públicas.

Dudas, que en ningún momento pueden ser parte, como estila afirmar, de “un compló” en su contra, organizado por “la mafia del poder”, porque se trata de interrogantes elementales que la ciudadanía hace y que debería responder con transparencia, pero que no puede por ser una verdad que pone en evidencia no únicamente su nepotismo, sino también su conducta dictatorial.

Uso de López Obrador, de las fake news (noticias falsas o rumores), como parte del esquema de ataque implantado por sus estrategas, para crear más incertidumbre y alimentar el voto a su favor, como su versión de que el candidato del PAN, Ricardo Anaya y un grupo de importantes empresarios, se reunieron con el Presidente Enrique Peña Nieto, para acordar que el aspirante Presidencial del PRI-PVEM-PANAL, decline a favor del ungido blanquiazul, lo cual ha sido desmentido rotundamente por carecer de veracidad.

Inducción del voto a favor de AMLO, por medio de las encuestas dirigidas en tal sentido, que ubican a José Antonio Meade Kuribreña, en una tercera posición, con un puntaje exageradamente bajo, mientras a Jaime Rodríguez Calderón, el aspirante independiente, que después del debate está en el ánimo de millones, a partir de su propuesta de “mochar las manos a los corruptos”, apenas si le adjudican dos puntos, junto con Margarita Zavala de Calderón Hinojosa.

La inexperiencia del equipo del primer círculo de Meade Kuribreña, que en esencia carecen de la más elemental militancia y experiencia política, ha sido y sigue siendo aprovechada por los asesores de López Obrador, integrado por ex priístas, ex panistas, ex perredistas, ex verdes y en general de todos los instituto políticos, cual ajonjolí de todos los moles concentrados en Morena para apuntalar la causa de la “izquierda”.   

Desesperanza que en Chiapas se hará sentir todavía más muy pronto, una vez que inician las contiendas municipales, por el mayor apasionamiento en las elecciones, que permitirán renovar el próximo 1 de julio, solamente 121 municipios que cuentan con expedientes técnicos, aunque en su totalidad sean 124, por los de reciente creación.

La lupa federal en la entidad, considerada como uno de los bastiones tradicionales y claves en la acumulación de sufragios del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al haberse provocado en los últimos dos meses, una significativa división e incluso enfrentamiento entre la militancia que en los últimos tres sexenios ha sido coptada por los gobernadores pertenecientes a instituciones políticas distintas, como lo han sido de los Partidos Acción Nacional (PAN), Revolución Democrática (PRD), y Verde Ecologista de México (PVEM), éste último ganador de la elección del 2012 en alianza con el tricolor.

No obstante esta última circunstancia, que parecía incorporar al PRI a una nueva era de asociación en el ejercicio del poder, no ocurriría de esa manera al tomarse la determinación en los comicios del 2015, de que “Chiapas sería pintado de verde”, que implicaría un afianzamiento del PVEM en los mandos de las jurisdicciones municipales, lo cual ocurriría, aunque no con los resultados esperados, dada la insurrección del priísmo chiapaneco, que no pudo quedar sometido como se pretendía.

El poder por el poder, que llevaría a la imposición de candidatos del PVEM, con la misma gente del PRI, en municipios ancestralmente dominados por el tricolor, como en el municipio de San Juan Chamula, el principal enclave indígena de la Zona de Los Altos de Chiapas, que tendría como desenlace fatal acontecimientos con saldo de varios muertos entre hermanos de sangre y raza.

Tiempo de grandes disyuntivas al concluir en diciembre, el período gubernamental en tierras chiapanecas, sin que el Verde Ecologista haya creado su propia estructura electoral, al apoyarse siempre, en la del Revolucionario Institucional, que al igual que en el resto del territorio nacional, es el único de todos los nueve partidos políticos con registro ante el Instituto Nacional Electoral, con capacidad para cubrir todas las casillas en las elecciones de 2018.

La ignorancia de la realidad política en la geografía chiapaneca, ha llevado al dirigente nacional del Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza, a ceder en negociación cupular, su principal santuario en la entidad, Tapachula, donde los dos aspirantes con mayor popularidad y por lo mismo certeza para contender y ganar la Alcaldía, Ezequiel Orduña Morga, así como la diputación federal del Distrito 12 federal, Neftalí del Toro Guzmán, fueron desplazados por candidatos débiles del PVEM, causando el enojo de la militancia tricolor, que amenaza con su voto duro para hacer perder a los del tucán, al considerarlos una imposición arbitraria.

Río revuelto al interior del PVEM, como resultado de la huida de su líder estatal Eduardo Ramírez Aguilar, al Movimiento de Regeneración Nacional de Andrés Manuel López Obrador, donde ya es candidato a senador, no sin antes burlarse de que deja al Verde convertido en un cascarón que poco ayudará al PRI en su coalición, junto con el PANAL.

Compleja tarea de reordenamiento del nuevo dirigente Eduardo Zenteno Núñez, que tiene a su favor el haber sido guía del partido del tucán, en el proceso electoral de 2012, que llevó a la gubernatura a Manuel Velasco Coello.

Una relación de aspirantes a las diputaciones federales demasiado frágiles, en la que sobresale, abanderando la causa del PRI-PVEM-PANAL, el ex fiscal General Raciel López Salazar, por el VII Distrito, con cabecera Tonalá, su ciudad natal, donde la aceptación a su candidatura es indiscutible, por tratarse de un ex funcionario de probada capacidad al frente de la institución, que actualmente hace de la entidad una de las más seguras de México.

Gira proselitista por los municipios de Arriaga, Pijijiapan, Mapastepec, Escuintla, Acacoyagua, Acapetahua, Acacoyagua y Huixtla,

que le ha permitido reunirse con empresarios, ganaderos, pescadores y sectores de la sociedad civil, que le permite ahora afirmar que “la ciudadanía ya está cansada de mentiras, de falsas propuestas y de no ser tomada en cuenta”, por lo que le han demandado que si gana la elección, se convierta en un diputado que vuelva a caminar entre el electorado y los siga escuchando, pero sobre todo, que responda con resultados concretos.

Raciel López Salazar ha asegurado a sus simpatizantes, que en su campaña, de aquí a la realización de los comicios el próximo 1 de julio, no prometerá a sus conciudadanos lo que no va a cumplir y que una vez obtenido el triunfo en las urnas, se dedicará a cumplir con su tarea de gestor en beneficio de quienes generan la riqueza en la Región Costa, con el apoyo de José Antonio Meade Kuribreña, en la Presidencia de la República.

Campañas a mitad de la primera semana de mayo, a menos de dos meses del desenlace de la carrera Presidencial y de los cargos de representación popular que definirán el rumbo del país y de un Poder Legislativo que necesariamente favorable a quien, con el voto de la mayoría de los mexicanos, tenga un desempeño más eficaz a partir del 1 de diciembre de 2018.

Arribo por la noche de miércoles 2 de mayo, del guerrerense René Juárez Cisneros, a la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional, para relevar a Enrique Ochoa Reza, quien dada su inexperiencia política, deja el cargo, y dar paso a una etapa que obligadamente tendrá que ser más dinámica y contudente, para que Meade Kuribreña tenga éxito en la sucesión de Enrique Peña Nieto.

Lo primero que deberá hacer es poner orden en la agenda, para acercar más con la gente al candidato del Revolucionario Institucional y sus coaligados, pero también darle prioridad al urgente manejo de la imagen por profesionales, y no continuar con los aprendices de cinco cabezas, que poco han ayudado al ungido del tricolor, que requiere de mayor contundencia en su voz y propuestas que vayan más allá de las mentiras y falsas promesas de siempre.

Premio Nacional de periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.