Lo ocurrido durante la elección de Donald Trump en Estados Unidos y en el referéndum del Brexit en Gran Bretaña, muestran hasta donde puede influir la manipulación electoral para fortalecer una opción. Quedó planteada una interrogante: ¿podrían haber ganado el Brexit y Trump sin Cambridge Analytica, su ciber acción fue determinante? Quedó evidenciado que entre más cerrada es una elección, especialmente en determinados segmentos de población descontenta, confundida, mayor puede ser la manipulación electoral. La pregunta obligada es si de ahora en adelante ¿ninguna elección estaría a salvo de ciber ataques? Los resultados del Brexit y de la elección en EU afectaron de manera directa y notable a la población joven. Muchos no votaron.

El electorado inglés y estadounidense pudo ser bombardeado con mensajes construidos específicamente para influir en la decisión de millones a través de perfiles psicológicos bien ubicados, notablemente en ambos casos a través de la empresa Cambridge Analytica encabezada por Alexander Nix, a partir de la información de millones de usuarios de Facebook, y muy posiblemente de otras grandes redes sociales. En ambos casos se desalentó el voto joven, los jóvenes no fueron mayoritariamente a las urnas ni en el Brexit ni en la elección de Trump y las víctimas de ambos procesos fueron ellos, los millenials. Kobini publicó un mapa de EU sobre la base de suponer que sólo el electorado joven hubiera votado: el mapa de EU con los resultados de Survey Monkey era un país casi totalmente azul, con las cifras de 504 votos electorales para Clinton y 23 para Trump. Los jóvenes del Brexit lamentaron su oscuro futuro que, fuera de la Unión Europea, les cerró muchos caminos y oportunidades, culparon a la generación de los baby boomers, a las informaciones falsas pero sobre todo a su elevada abstención en el referéndum.

Mark Zuckerberg reconoció que Cambridge Analytica utilizó información de 50 millones de usuarios de Facebook y aumentó posteriormente el número de 87 millones. Nix afirmó en una conferencia de prensa que tenía información de 220 millones de estadounidenses. ¿Es posible que a los 87 millones se agregara la información de los contactos de éstos?

En ambos casos influyeron de manera determinante las informaciones falsas o distorsionadas (fake news) que fortalecieron preferencias o confusiones derivadas de perfiles construidos a partir del Big Data que a partir de la información en la red puede saber más de nosotros que nosotros mismos, más que nuestra pareja, más que nuestros padres o hijos.

El electorado joven en México debe tener presente estas dos experiencias, porque otro elemento, junto con las informaciones falsas, que sirvió para manipular a un amplio segmento del electorado, fue la baja participación de los jóvenes.

Los jóvenes tienen otra opción en México: construir y difundir políticas. En general los candidatos desarrollan sus campañas con base en promesas con frases cortas, ataques a sus adversarios, limitación de horizontes, millones de spots que desalientan la participación ciudadana… Los jóvenes pueden organizarse y construir las políticas de Estado (que no de sexenio) para atender la educación general, el bienestar social, económico, la salud y la perspectiva de largo plazo que no los obligue a emigrar en busca de oportunidades, empleo, salarios dignos, a cancelar la lamentable opción que han tomado 30 mil niños y jóvenes que se involucran con el crimen organizado como opción única en la vida, el 32.8% de la población carcelaria son jóvenes entre los 18 y 29 años.

En México nunca fue tan importante el voto joven como ahora. Sólo una cifra para concluir, son jóvenes de entre 18 y 34 años, 34.5 millones de votantes potenciales en las próximas elecciones. No plantear alternativas y no ejercer el voto sería dejar en manos de otros su futuro y el del país. Es tiempo de construir.

Periodista y analista internacional.