Migrantes, otra vez

El tema migratorio sigue siendo un dolor de cabeza para las autoridades y de paso para la sociedad que también se ve afectada por determinadas acciones, sobre todo en los puntos de mayor concentración.

El escándalo más reciente sucedió el lunes en Tapachula, donde cientos de migrantes, principalmente haitianos, irrumpieron en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiaos (Comar) para exigir la entrega de documentos migratorios.

Su argumento fue que llevan muchos días esperando la respuesta de la dependencia para que se resuelva su situación migratoria en el país, pues carecen de recursos económicos para subsistir, lo que los mantiene en la  incertidumbre.

Como casi siempre, fueron los haitianos —que a pulso se han ganado la mala fama— quienes pusieron el desorden en las instalaciones de la Comar, poniendo en riesgo a mujeres y niños de otras nacionalidades que pacientemente aguardaban ser atendidos.

El presidente del Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos, Wilner Metelus (de origen haitiano), afirmó que la irrupción de los migrantes ocurrió por “la desesperación, ya que llevan hasta ocho meses esperando que les resuelvan su situación” migratoria.

Ya habían pasado varias semanas sin que hubiera noticias relevantes relacionadas con los miles de extranjeros que se encuentran en Tapachula, esperando respuesta a su petición de que las autoridades migratorias les entreguen un documento para trasladarse a la frontera norte y luego cruzar a Estados Unidos, o para permanecer legalmente en el país.

Lo peor es que todo indica que de nuevo está incrementando la llegada de más extranjeros a Tapachula, por lo que el problema podría explotar —otra vez— en los días o semanas próximos, si las autoridades no toman las medidas pertinentes para evitarlo.

Uno de los principales problemas es que el Instituto Nacional de Migración (INM), responsable del tema, está desbordado desde hace muchos años por la avalancha humana, ya no sólo Centroamérica y el Caribe, sino de Sudamérica, y en los últimos años hasta de Asia y Africa. Lo anterior sin contar con la corrupción que impera en la dependencia.

La Comar no tiene las facultades del INM para atender el fenómeno, pues, siendo realistas, las peticiones de asilo y refugio que en verdad lo ameritan son pocas en relación a la demanda de migrantes que lo único que buscan es un documento para transitar por el país, con el fin de internarse en Estados Unidos.

La mayor parte de las solicitudes de los indocumentados debería de ser resuelta por el INM, no por la Comar, a la que se le ha cargado gran parte del trabajo cuando, como ya se dijo, casi la totalidad de los migrantes no busca asilo o refugio porque corra peligro su vida de manera inminente en su país de origen, aunque en parte hayan salido por la violencia.

Pareciera que por ahora existe cierto desorden en la forma en que se atiende el fenómeno migratorio, ya que por lo que se nota en Tapachula da la impresión de que el INM y la Comar tienen en los hechos la misma función.

Por lo mismo, urge que el Gobierno Federal rediseñe la función institucional y legal de las dependencias encargadas de atender el tema de los miles y miles de migrantes, ya sea en lo relacionado con su llegada, el tránsito o el asentamiento permanente en el país, con la intención de mejorar sus condiciones de vida o porque huyen de las amenazas de la delincuencia o de persecuciones políticas o de otro tipo en sus naciones.

Ya es tiempo de que se ponga en práctica una política estratégica de atención a los extranjeros que llegan al país en esas condiciones. Los que lo visitan en plan turístico son cosa aparte.

Lo cierto es que mientras no cambie la política migratoria, los problemas continuarán no sólo en Tapachula, puerta de entrada a México, sino en otros lugares del país, sobre todo fronterizos, en los que se concentran mayormente los indocumentados.

Todavía ayer se observó una fuerte presencia de extranjeros afuera de la Comar, lo que significa que en los días recientes ha habido un aumento importante de personas que solicitan documentos para cruzar México. Y lo que falta por venir.

Picotazos. En El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) están contentos con el nombramiento del doctor Antonio Saldívar Moreno como director general. Había estado de manera interina desde el primero de marzo, pero el 19 de este mes fue designado para un período de tres años. Muchos trabajadores de ese organismo estaban pidiendo que fuera ratificado y así fue. Toño, como se le conoce cariñosamente, es en general muy estimado entre sus colegas y compañeros. Y por lo visto, durante la toma de protesta —que tuvo lugar el martes—, también por la directora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt), María Elena Álvarez-Buylla, quien le hizo un amplio reconocimiento por su trabajo y trayectoria. De acuerdo con su currículum, Saldívar Moreno es geógrafo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y maestro en Desarrollo Rural por la Universidad Autónoma Chapingo; cursó el doctorado en Comunicación, Cultura y Educación en la Universidad Carlos III de Madrid, España. Además de preparación en otros ámbitos. En lo laboral tiene mucha experiencia. Felicidades, pues… Parece increíble que después de 23 días de bloqueo en la carretera San Cristóbal-Ocosingo-Palenque por parte de habitantes de la comunidad de Mesbiljá, municipio de Oxchuc, las autoridades nada o poco hayan hecho para tratar de solucionar el problema que afecta a miles de habitantes no sólo de esa zona, sino de muchas otras partes que tienen la necesidad de utilizar esa importante vía de comunicación que, además, conecta con sitios turísticos muy importantes como las ruinas de Toniná y Palenque, las cascadas de Agua Azul y Misolhá. Ojalá que algo se haga para que se libere el paso lo antes posible. Fin.