La noche del 7 de septiembre de 2017 cambió la vida de la población de Chiapas y Oaxaca. Lo impensable sucedió, un terremoto de magnitud 8.2 sacudió todo y provocó que miles de hogares se derrumbaran, sin olvidar a las decenas de muertos. La fuerza de la naturaleza mostró a gran escala lo que ya se sabía: la entidad está ubicada en una zona altamente sísmica. Silvia Ramos Hernández, investigadora en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), recordó a la población que el estado se encuentra rodeado de tres placas tectónicas. De ahí que tiemble con frecuencia, aunque no todos los movimientos son perceptibles para la población.
A seis años del terremoto de magnitud 8.2
La noche del 7 de septiembre de 2017 cambió la vida de la población de Chiapas y Oaxaca. Lo impensable sucedió, un terremoto de magnitud 8.2 sacudió todo y provocó que miles de hogares se derrumbaran, sin olvidar a las decenas de muertos. La fuerza de la naturaleza mostró a gran escala lo que ya se sabía: la entidad está ubicada en una zona altamente sísmica. Silvia Ramos Hernández, investigadora en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), recordó a la población que el estado se encuentra rodeado de tres placas tectónicas. De ahí que tiemble con frecuencia, aunque no todos los movimientos son perceptibles para la población.