Bomberos, héroes anónimos olvidados

La jordana laboral comienza con un acondicionamiento físico y un pase de lista de quienes integran la corporación; hay que prepararse mentalmente porque puede ser el último día de vida, por eso cada mañana se le agradece al Altísimo la oportunidad de colocarse las botas, ajustarse el casco y revisar que todos los materiales estén disponibles. La llamada de emergencia se puede activar en cualquier momento, lo mismo de día, que de noche o de madrugada, así transcurre la rutina de los bomberos, de los “tragahumo”, de los héroes anónimos en Chiapas. Gustavo López Gómez, Comandante Operativo del Cuerpo de Bomberos en Tuxtla Gutiérrez, se define como una persona con valores y por eso desde hace cinco años se adentró en este mundo, en esta actividad que, aunque económicamente no es reconocida, le ha permitido ver la sonrisa y el agradecimiento de las personas que son rescatadas. -¿Vale la pena arriesgar la vida por tan poco dinero? A bordo de una de la unidades que refleja el desgaste de los años con varias goteras