Calabacita de la tía Anita abarrota La Hacienda

Ni un alma entraba en el fraccionamiento residencial La Hacienda, donde decenas de miles de capitalinos se dieron cita a la tradicional pedida de calabacita de la tía Anita, un legado que más de 20 años busca “repartir y compartir lo que la vida nos ha dado”, resalta el “tío pelón”, Juan Carlos Mendoza Castañeda. La 5a Norte presentó desde las seis de la tarde un tráfico lento, las filas de autos se extendían por lo menos un kilómetro; en las entradas al fraccionamiento, elementos de Protección Civil, Bomberos y Tránsito Municipal agilizaban la circulación vehicular y de personas. Alrededor de la hora en mención, niños, niñas y padres eran los que predominaban en la verbena popular; el frío fuera de la multitud era avasallador, los disfraces variados como máscaras con luces, un niño disfrazado de altar de muertos y catrines y catrinas relucían con dirección a la casa de Ana María Castañeda Solís. La tía Anita Juan Carlos describe a su madre como una maestra ejemplar que siempre tuvo grandes detalles con niña