Campesinos sostienen herencia del maíz criollo

En el corazón de la región Frailesca, pequeños productores mayores de 60 años libran la batalla de conservar variedades locales de maíz (criollo) ante el avance de semillas híbridas y políticas agrícolas que priorizan el rendimiento comercial. Un estudio etnográfico publicado en la revista Estudios Sociales revela que, pese a recursos limitados y escaso relevo generacional, estos guardianes del maíz mantienen viva una tradición milenaria basada en significados culturales y prácticas resilientes. El 80 % de los productores supera los 60 años de edad; dedican su vida a la agricultura y siembran en promedio solo 2.27 hectáreas (ha) de maíz criollo, frente a 6.44 ha destinadas a híbridos comerciales. Para estos campesinos, el criollo no es solo un cultivo, sino seguridad alimentaria, herencia familiar y adaptación al entorno. Destacan sus ventajas como mejor sabor en tortillas, resistencia a sequías y suelos pobres, y menor dependencia de agroquímicos. “Si comió usted tortilla de criollo ya no le da hambre más