Contra viento y marea, sorteando el machismo, la presidenta de la mesa directiva del Consejo Vecinal de la colonia 5 de Marzo, Carmen Guillén Méndez, cumplió nueve meses en el cargo y avanza en su propósito de trabajar “en comunitario” por el bien común de los colonos. “Ha sido muy difícil porque queremos el bien común y estamos defendiendo la vida que son los humedales. Sabemos que hay muchos intereses de parte de varios actores y vemos que siendo mujeres somos hostigadas y agredidas. “Desde un principio nos dijeron que posiblemente no íbamos a poder estar en la mesa directiva porque ellos ya iban avanzados”, afirmó. “Hemos tenido dificultades porque somos tres mujeres de la directiva que estamos caminando juntas; por el machismo dicen que el hombre puede y la mujer no puede, pero estamos demostrando que todos somos iguales y todos podemos. “Claro, hay un punto muy importante: la corrupción para la cual no importa el género, porque todos le entramos parejo. Pero yo he dicho que mi dignidad no vale un milló
Consejo Vecinal trabaja por el bien común
Contra viento y marea, sorteando el machismo, la presidenta de la mesa directiva del Consejo Vecinal de la colonia 5 de Marzo, Carmen Guillén Méndez, cumplió nueve meses en el cargo y avanza en su propósito de trabajar “en comunitario” por el bien común de los colonos. “Ha sido muy difícil porque queremos el bien común y estamos defendiendo la vida que son los humedales. Sabemos que hay muchos intereses de parte de varios actores y vemos que siendo mujeres somos hostigadas y agredidas. “Desde un principio nos dijeron que posiblemente no íbamos a poder estar en la mesa directiva porque ellos ya iban avanzados”, afirmó. “Hemos tenido dificultades porque somos tres mujeres de la directiva que estamos caminando juntas; por el machismo dicen que el hombre puede y la mujer no puede, pero estamos demostrando que todos somos iguales y todos podemos. “Claro, hay un punto muy importante: la corrupción para la cual no importa el género, porque todos le entramos parejo. Pero yo he dicho que mi dignidad no vale un milló