Costuras de la abuela, el oficio que persiste

El interés y gusto por la costura llamó la atención de Rosario Sánchez desde que era niña. En su juventud se le presentó la oportunidad de tomar un curso de corte y confección impartido por el DIF, y a partir de entonces su inmersión en el mundo de la costura se convirtió parte de su vida. Doña Rosita Sentada frente a su máquina y mientras descostura una blusa, Doña Rosita, como gusta que le llamen, cuenta que por muchos años trabajó en un negocio donde vendían vestidos para 15 años y de novias; ella era la encargada de ajustar cualquier detalle e imperfección. Recuerda que en ese lugar aprendió mucho, le dedicó tiempo y empeño, pero tras varios años sintió la necesidad de dedicarle más tiempo a la familia y emprender algo propio. Así fue como nació “Costuras de la abuela”, un pequeño taller de costura que tuvo sus inicios en un local ubicado en el centro de Tuxtla pero por diversas cuestiones fue re ubicada en la Novena Norte Oriente donde a diario llegan clientes. El trabajo es noble Doña Rosita relata que