Dan nueva vida a la naturaleza muerta

Lo que inició como parte del encierro a causa de la pandemia, terminó convertirse en un negocio para la familia Selvas Jiménez. Miguel Selvas y Brenda Jiménez, ambos artesanos de Berriozábal, iniciaron el proyecto de “arbolitos de naturaleza muerta” para obtener ingresos al no poder vender sus hamacas debido a las restricciones por el virus del covid-19. “Artesanías de corazón” nació como simple experimento que apoyado de las redes sociales creció de manera favorable. Se han cumplido casi cuatro años de haber iniciado con este nuevo emprendimiento y aseguran que les cambió la manera de trabajar; ahora ya no solo hacen hamacas, también le dan vida a ramas que algunas vez fueron de un árbol. Son árboles elaborados a base de ramas y troncos secos, pintados y adornados con hojas de tela que asemejan a un bonsai, sin embargo, han innovado sus diseños, al grado de crear “arbolitos” de hasta seis metros de altura, lo que les ha valido exponerlo en el Aeropuerto Internacional “Ángel Albino Corzo”. Miguel asegura que