El arte como terapia de introspección

Gilberto Rodríguez Pérez, oriundo de Soyaló, Chiapas, es un reconocido artista y activista por los derechos de las personas con neurodivergencias, quien desde los 10 años de edad dio sus primeros pasos en las artes plásticas en la Casa de Cultura. Ha continuado una carrera en la que no solo se ha enfocado en la creación visual, sino también en la integración social a través del arte. A lo largo de los años se ha sumergido en una variedad de técnicas artísticas, desde acrílico y acuarela hasta escultura sobre madera. Y es que desde que fue diagnosticado con síndrome de Asperger en su infancia, encontró en el arte una forma de comunicación y autoexploración. “El arte fue un salvavidas para mí, especialmente durante los momentos difíciles en mi vida, relacionados con violencia intrafamiliar, abuso y maltrato. La pintura se convirtió en mi terapia y en mi voz”, comenta. Su pasión lo llevó a estudiar la carrera de Artes Visuales en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), dejando de lado los estudi