En las comunidades tsotsiles de Chamula y Chenalhó, y entre los tseltales de Oxchuc, existe una batalla cotidiana contra fuerzas invisibles. No se trata de conflictos armados, sino de un fenómeno arraigado en su cosmovisión: el ak’bil chamel o “mal echado”, una práctica que, según sus creencias, puede enfermar o incluso matar a través de la envidia, el odio o los celos. Un estudio reciente del antropólogo Jaime Tomás Page Pliego, publicado en la Revista Pueblos y Fronteras Digital, revela cómo estas comunidades conciben, enfrentan y neutralizan este mal, así como el papel crucial de sus agentes protectores. El “mal echado” y sus causas El ak’bil chamel se atribuye a actos deliberados de daño, donde intervienen entidades sobrenaturales y humanos con habilidades especiales, llamados j-ak’channeletik. Estos agentes, según el estudio, pueden metamorfosearse en animales o manipular fenómenos naturales para afectar a sus víctimas. Las causas principales son emociones culturalmente construidas: la envidia por bie
El mal echado: la lucha invisible de los pueblos mayas
En las comunidades tsotsiles de Chamula y Chenalhó, y entre los tseltales de Oxchuc, existe una batalla cotidiana contra fuerzas invisibles. No se trata de conflictos armados, sino de un fenómeno arraigado en su cosmovisión: el ak’bil chamel o “mal echado”, una práctica que, según sus creencias, puede enfermar o incluso matar a través de la envidia, el odio o los celos. Un estudio reciente del antropólogo Jaime Tomás Page Pliego, publicado en la Revista Pueblos y Fronteras Digital, revela cómo estas comunidades conciben, enfrentan y neutralizan este mal, así como el papel crucial de sus agentes protectores. El “mal echado” y sus causas El ak’bil chamel se atribuye a actos deliberados de daño, donde intervienen entidades sobrenaturales y humanos con habilidades especiales, llamados j-ak’channeletik. Estos agentes, según el estudio, pueden metamorfosearse en animales o manipular fenómenos naturales para afectar a sus víctimas. Las causas principales son emociones culturalmente construidas: la envidia por bie