Carmen Vázquez Hernández (9 de julio de 1958) es una artesana chiapaneca que trabaja con jóvenes para que se preserve la técnica original de la elaboración del telar de cintura y también para que no caiga en desuso la lengua tzotzil. Ella es la quinta de cinco hijos, todos nacieron en Venustiano Carranza (antes San Bartolomé de los Llanos), uno de los 119 municipios de Chiapas. Desde niña, Carmen estuvo en contacto con la fabricación del telar de cintura, técnica ancestral que consiste en la elaboración de prendas de vestir que se caracterizan por tener múltiples figuras y colores. Cuando tenía 10 años, su mamá y hermanas comenzaron a enseñarle cómo bordar. Actualmente da clases en el Colegio de Bachilleres (Cobach) 235 “Venustiano Carranza”, de Chiapas. Sin embargo, las clases de Carmen también se caracterizan porque habla a sus alumnos en español y tzotzil, su lengua materna. “Les hablo en tzotzil. Tengo dos misiones: por un lado que la lengua no se pierda y tampoco la tradición del telar de cintura”, dice
El oficio ancestral que preserva el telar de cintura y el tzotzil
Carmen Vázquez Hernández (9 de julio de 1958) es una artesana chiapaneca que trabaja con jóvenes para que se preserve la técnica original de la elaboración del telar de cintura y también para que no caiga en desuso la lengua tzotzil. Ella es la quinta de cinco hijos, todos nacieron en Venustiano Carranza (antes San Bartolomé de los Llanos), uno de los 119 municipios de Chiapas. Desde niña, Carmen estuvo en contacto con la fabricación del telar de cintura, técnica ancestral que consiste en la elaboración de prendas de vestir que se caracterizan por tener múltiples figuras y colores. Cuando tenía 10 años, su mamá y hermanas comenzaron a enseñarle cómo bordar. Actualmente da clases en el Colegio de Bachilleres (Cobach) 235 “Venustiano Carranza”, de Chiapas. Sin embargo, las clases de Carmen también se caracterizan porque habla a sus alumnos en español y tzotzil, su lengua materna. “Les hablo en tzotzil. Tengo dos misiones: por un lado que la lengua no se pierda y tampoco la tradición del telar de cintura”, dice