El reparador de máquinas Singer

Con una pared tapizada de fotos y diplomas, además de filas de hombres y mujeres que acuden a solicitar sus servicios o conseguir piezas para sus máquinas de costura, se haya un pequeño local ubicado en el corazón de Tuxtla Gutiérrez. Ahí se encuentra Ramón Estudillo, oriundo de la ciudad de Villaflores, quien cuenta que gracias a un conocido que le ofreció trabajar en la empresa Singer, comenzó a dedicarse a la reparación de máquinas de costura. "Desde 1979 estoy en esto, desde que era yo un chamaco", comenta. "Desde que salí de la escuela me dediqué sólo a esto, no me querían aceptar porque aún era menor de edad, pero mi amigo habló a la empresa y me aceptaron; a los dos meses ya estaba recibiendo capacitación en la Ciudad de México", explica emocionado. Tiene dos estantes atiborrados de máquinas de costura, de las cuales comenta que compra y deshuesa, pues aprovecha las piezas debido a que ya están descontinuadas, "muchas ya no las producen, sólo crean de modelos recientes", replica. Mientras baja un