A medio día hasta las sombras rehúyen del calor que se siente en el centro de Tuxtla Gutiérrez; quienes no llevan prisa se refugian bajo los escasos árboles que están en la plaza del zócalo de la ciudad. ¡Pozol, pozol!, se oye una voz suelta que recorre las calles para ofertar esta bebida muy consumida en la capital. Pero hay personas que se tomaron en serio las medidas preventivas; llevan un líquido en mano para hidratarse, un sombrero para protegerse del sol y un paraguas para reducir los efectos de los rayos ultravioletas. La cotidianidad de la ciudad De frente, en el centro de la ciudad, cada cierto tiempo retumban las campanadas de la iglesia San Marcos, mismas que se pierden entre el sonido del claxon del transporte y la velocidad de los autos particulares. Bajo los rayos del inclemente sol, algunos trabajadores realizan la poda de los árboles y plantas que fueron sembrados hace unos meses, contrastando en paisaje con todo el concreto que hay alrededor. Algunos menores sufren las consecuencias del
Entre paraguas y carpetas, formas de cubrirse del sol
A medio día hasta las sombras rehúyen del calor que se siente en el centro de Tuxtla Gutiérrez; quienes no llevan prisa se refugian bajo los escasos árboles que están en la plaza del zócalo de la ciudad. ¡Pozol, pozol!, se oye una voz suelta que recorre las calles para ofertar esta bebida muy consumida en la capital. Pero hay personas que se tomaron en serio las medidas preventivas; llevan un líquido en mano para hidratarse, un sombrero para protegerse del sol y un paraguas para reducir los efectos de los rayos ultravioletas. La cotidianidad de la ciudad De frente, en el centro de la ciudad, cada cierto tiempo retumban las campanadas de la iglesia San Marcos, mismas que se pierden entre el sonido del claxon del transporte y la velocidad de los autos particulares. Bajo los rayos del inclemente sol, algunos trabajadores realizan la poda de los árboles y plantas que fueron sembrados hace unos meses, contrastando en paisaje con todo el concreto que hay alrededor. Algunos menores sufren las consecuencias del