Con la caída temprana del sol invernal, la explanada del parque Bicentenario en Tuxtla Gutiérrez se llenó de un ánimo festivo tras el arranque de las celebraciones decembrinas, con el encendido del árbol navideño y un imponente espectáculo de fuegos artificiales. Desde las seis de la tarde, la banda de música de la Séptima Región Militar amenizó la velada con un repertorio de popurrís navideños y canciones populares, poniendo a bailar a más de uno. Familias completas, con niños y niñas atentos, acudieron para divisar el prometido espectáculo de luces y visitar la villa navideña. Las melodías del inolvidable Cri-Cri, ese ícono mexicano que se conservó como herencia para el país, sonaron en el aire fresco de la noche. Una luna llena de tono amarillo, que el gobernador Eduardo Ramírez señaló ocurre solo cada veinte años, presidía la escena. Sobre el escenario, la orquesta, súper iluminada y afinada, tocaba con el poder de sus alientos. La atención se centraba en el imponente árbol de aproximadamente ocho metros
Espectacular encendido del árbol de navidad
Con la caída temprana del sol invernal, la explanada del parque Bicentenario en Tuxtla Gutiérrez se llenó de un ánimo festivo tras el arranque de las celebraciones decembrinas, con el encendido del árbol navideño y un imponente espectáculo de fuegos artificiales. Desde las seis de la tarde, la banda de música de la Séptima Región Militar amenizó la velada con un repertorio de popurrís navideños y canciones populares, poniendo a bailar a más de uno. Familias completas, con niños y niñas atentos, acudieron para divisar el prometido espectáculo de luces y visitar la villa navideña. Las melodías del inolvidable Cri-Cri, ese ícono mexicano que se conservó como herencia para el país, sonaron en el aire fresco de la noche. Una luna llena de tono amarillo, que el gobernador Eduardo Ramírez señaló ocurre solo cada veinte años, presidía la escena. Sobre el escenario, la orquesta, súper iluminada y afinada, tocaba con el poder de sus alientos. La atención se centraba en el imponente árbol de aproximadamente ocho metros