Con 15 años de trayectoria en la música ranchera, José Eduardo Carrillo Cruz, músico y representante del mariachi Sol de Mi Tierra, habló sobre su historia de vida en la Plaza Santa Cecilia de Tuxtla Gutiérrez. Heredero de una tradición familiar, defiende el oficio del mariachi como una pasión que aún resiste el paso del tiempo y los cambios sociales. José Eduardo Carrillo Cruz señaló que dedicarse a esta profesión se trata de algo hereditario. Herencia familiar Su abuelo, Juan Carrillo Pérez, fue el primero en abrir camino en la música ranchera dentro de la familia. Luego le siguió su padre, Marco Antonio Carrillo Caballero, y ahora él continúa con ese legado. “Desde niño crecí con esa música, me fue gustando hasta que decidí dedicarme por completo”, comentó. Hoy, Eduardo es representante del mariachi Sol de Mi Tierra, con sede en la emblemática Plaza Santa Cecilia, ubicada en la Tercera Oriente y Octava Sur de la capital chiapaneca. Ahí, entre trajes bordados y acordes de violines y trompetas, el mariachi
Herencia de charro y corazón
Con 15 años de trayectoria en la música ranchera, José Eduardo Carrillo Cruz, músico y representante del mariachi Sol de Mi Tierra, habló sobre su historia de vida en la Plaza Santa Cecilia de Tuxtla Gutiérrez. Heredero de una tradición familiar, defiende el oficio del mariachi como una pasión que aún resiste el paso del tiempo y los cambios sociales. José Eduardo Carrillo Cruz señaló que dedicarse a esta profesión se trata de algo hereditario. Herencia familiar Su abuelo, Juan Carrillo Pérez, fue el primero en abrir camino en la música ranchera dentro de la familia. Luego le siguió su padre, Marco Antonio Carrillo Caballero, y ahora él continúa con ese legado. “Desde niño crecí con esa música, me fue gustando hasta que decidí dedicarme por completo”, comentó. Hoy, Eduardo es representante del mariachi Sol de Mi Tierra, con sede en la emblemática Plaza Santa Cecilia, ubicada en la Tercera Oriente y Octava Sur de la capital chiapaneca. Ahí, entre trajes bordados y acordes de violines y trompetas, el mariachi