La jícara de pozol lució vacía y oxidada

El sol no quería salir, como avergonzado de que el emblema mundial de Chiapas esta vez fue exhibido en la plaza pública de San Roque como el monumento al descuido. La “Jícara más grande del mundo” fue prestada, dejada a la intemperie, se oxidó, agrietó y al ser reparada con material tóxico, se atentaba contra la salud de los invitados, por lo que el pozol finalmente se preparó en tinas y se sirvió en jarras de plástico. Los niños juegan a la lucha en el ring que espera la función de lucha libre de la MMB. Empiezan jugando y luego dos de los menores se golpean de verdad. El sol intenso del mediodía los encendió y quizá el coraje de ver la jicarota vacía. Los visitantes llegan uno a uno a la cancha de usos múltiples en el barrio San Roque. Se acercan a la monumental jícara, la observan y al verla vacía se desconciertan. No saben si el pozol ya acabó o si aún lo van a preparar. Al ver la fila de personas que esperan con su vaso de unicel vacío, se suman y juntos reciben un delicioso, refrescante pozol. Todos