El indígena tseltal Mariano Encinos Gómez es rezador y curandero tradicional; asegura que lo hace porque una madrugada “llegó la virgen del Rosario a decirme que tenía que curar desde niños hasta viejitos”. Dijo que “un día como a las cuatro de la mañana estaba en mi cama, cuando vino la virgen del Rosario a dejarme unas flores grandes de todos colores. Me vino a visitar. Estaba despierto yo. Te vine a visitar, me dijo y te traje unas flores, pero eran grandes”. Agregó: “Te vine a ver, me dijo en tsetal. Está bien, le dije. ¿Cómo estás?, me dijo. Bien, le respondí. Te vine a dejar esas ofrendas para que cures desde los pequeños hasta los mayores. Ese es el trabajo que te voy a dejar, dijo. Siempre me viene a ver”. Señaló que a partir de ahí, hace alrededor de 17 años, comenzó a rezar y a curar, principalmente en su natal Oxchuc. “La virgen del Rosario me dijo que curara desde pequeños hasta viejitos”. En entrevista comentó que antes de que lo “visitara” la virgen los mayordomos lo nombraron captán (sic), el r
Mariano, el rezador y curandero tradicional
El indígena tseltal Mariano Encinos Gómez es rezador y curandero tradicional; asegura que lo hace porque una madrugada “llegó la virgen del Rosario a decirme que tenía que curar desde niños hasta viejitos”. Dijo que “un día como a las cuatro de la mañana estaba en mi cama, cuando vino la virgen del Rosario a dejarme unas flores grandes de todos colores. Me vino a visitar. Estaba despierto yo. Te vine a visitar, me dijo y te traje unas flores, pero eran grandes”. Agregó: “Te vine a ver, me dijo en tsetal. Está bien, le dije. ¿Cómo estás?, me dijo. Bien, le respondí. Te vine a dejar esas ofrendas para que cures desde los pequeños hasta los mayores. Ese es el trabajo que te voy a dejar, dijo. Siempre me viene a ver”. Señaló que a partir de ahí, hace alrededor de 17 años, comenzó a rezar y a curar, principalmente en su natal Oxchuc. “La virgen del Rosario me dijo que curara desde pequeños hasta viejitos”. En entrevista comentó que antes de que lo “visitara” la virgen los mayordomos lo nombraron captán (sic), el r