Mujeres convierten el barro en obras de arte

En este pueblo tzeltal de los Altos de Chiapas conocido como la capital de la alfarería, las manos de las mujeres y eventualmente de algunos varones, convierten el barro en obras de arte. “Es una tradición antigua: nuestras madres y abuelitas nos enseñaron desde chiquitas a hacer figuras de animalitos para que las manos fueran aprendiendo a moldear el barro”, contó Rufina López López, una de las más destacadas artesanas de este municipio situado a 40 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas. Mientras cuenta cómo aprendió a moldear las figuras, Rufina, de 56 años de edad, desliza sus dedos y manos con paciencia y suavidad y con mucha destreza sobre un poco de barro da forma a un perrito. “Toda la vida me he dedicado a este trabajo. De esto vivo. Fui a la escuela, pero sólo cursé el segundo grado de primaria porque murió mi mamá; aprendí un poco a leer, a escribir y hacer el trabajo de artesanías”, aseveró. “Yo me dedico a la artesanía; a hacer jaguares, cántaros, pavo reales, palomas, perritos y otras figuras.