Pablo Salazar Mendiguchía es recordado en Chiapas como el mayor represor de la historia reciente de la entidad y por la corrupción que caracterizó a su gobierno. Cómo olvidar la desaparición de 12 mil millones para la supuesta reconstrucción por el huracán del Stan, su encarcelamiento por el homicidio doloso por omisión de unos 30 recién nacidos en el Hospital de Comitán, el encarcelamiento de periodistas, líderes campesinos, indígenas y políticos, la violación a la Soberanía del Poder Judicial del Estado y la persecución del ombudsman de Chiapas, entre otras acciones de su perverso pasado. La administración de Pablo Salazar Mendiguchía dejó constancia en la prensa estatal y nacional de una constante represión al magisterio de Chiapas y al sindicato de la Secretaría de Salud. Hoy en día hay expedientes en la Fiscalía General del Estado en los que hay evidencia de los encarcelamientos que se realizaron a líderes sindicales durante su gestión. En esa época el parque Central de Tuxtla Gutiérrez se volvió un camp
Pablo Salazar vuelve a engañar a chiapanecos
Pablo Salazar Mendiguchía es recordado en Chiapas como el mayor represor de la historia reciente de la entidad y por la corrupción que caracterizó a su gobierno. Cómo olvidar la desaparición de 12 mil millones para la supuesta reconstrucción por el huracán del Stan, su encarcelamiento por el homicidio doloso por omisión de unos 30 recién nacidos en el Hospital de Comitán, el encarcelamiento de periodistas, líderes campesinos, indígenas y políticos, la violación a la Soberanía del Poder Judicial del Estado y la persecución del ombudsman de Chiapas, entre otras acciones de su perverso pasado. La administración de Pablo Salazar Mendiguchía dejó constancia en la prensa estatal y nacional de una constante represión al magisterio de Chiapas y al sindicato de la Secretaría de Salud. Hoy en día hay expedientes en la Fiscalía General del Estado en los que hay evidencia de los encarcelamientos que se realizaron a líderes sindicales durante su gestión. En esa época el parque Central de Tuxtla Gutiérrez se volvió un camp