Pobreza cambió el perfil delictivo de la población

El nuevo perfil del delincuente en Chiapas, antes de serlo es un ser antisocial, una persona “cosificada”, con pérdida de valores familiares, económicos y fe, además del abandono por el Estado. Esta es una señal de alerta, pues -en el sentido violento- el sujeto promedio hoy está dispuesto a mucho provocado por poco, explicó el maestro en Psicología Social y Clínica, Isaac García Nucamendi. Este nuevo rostro de la delincuencia en el estado ha migrado en los últimos 10 años, pasando de una conducta delictiva convencional a una de alto impacto, en gran medida por la incursión de grupos delictivos en la clase política y la pérdida de cercanía en las instituciones como familia, Estado e iglesia. Esta incidencia tiene un origen antropológico derivado de diversos factores, entre ellos dejar de percibirnos como personas y sentirnos “cosas”, esto es la “cosificación”. Además de un notorio declive económico y su consecuente vulnerabilidad social, por lo que la ruta para disminuir la incidencia delictiva es reducir la