En México, según el Inegi, siete de cada 10 mujeres han sufrido violencia, expuso en entrevista la presidenta de la Red Nacional de Refugios, Wendy Figueroa, cuya organización trabaja con espacios operados por la sociedad civil y algunos por entidades gubernamentales, que constituyen un lugar seguro para mujeres que viven situaciones de violencia, así como para sus hijas e hijos. En la entrevista, durante su estancia en Tapachula, refirió que la cifra pudiera ser mayor por aquellas que no denuncian y que incluye agresiones de todo tipo. Lamentó que pese a las estadísticas no se ha tenido la respuesta que se requiere, y señala que las autoridades no han querido reconocer que la violencia en el ámbito familiar es la antesala al feminicidio, ya que cuando las mujeres van a interponer su denuncia en la gran mayoría de los casos no les creen y muchos de los casos terminan en tragedia. Refirió que el 50 por ciento de las mujeres víctimas de violencia sufren porque sus agresores tienen lazos con el crimen organizado
Preocupa la cifra de violencia contra la mujer
En México, según el Inegi, siete de cada 10 mujeres han sufrido violencia, expuso en entrevista la presidenta de la Red Nacional de Refugios, Wendy Figueroa, cuya organización trabaja con espacios operados por la sociedad civil y algunos por entidades gubernamentales, que constituyen un lugar seguro para mujeres que viven situaciones de violencia, así como para sus hijas e hijos. En la entrevista, durante su estancia en Tapachula, refirió que la cifra pudiera ser mayor por aquellas que no denuncian y que incluye agresiones de todo tipo. Lamentó que pese a las estadísticas no se ha tenido la respuesta que se requiere, y señala que las autoridades no han querido reconocer que la violencia en el ámbito familiar es la antesala al feminicidio, ya que cuando las mujeres van a interponer su denuncia en la gran mayoría de los casos no les creen y muchos de los casos terminan en tragedia. Refirió que el 50 por ciento de las mujeres víctimas de violencia sufren porque sus agresores tienen lazos con el crimen organizado