Primer casa de Miguel Álvarez, un tesoro en el olvido

Desapercibida por los transeúntes es como pasa el primer domicilio que habitó una de las figuras más emblemáticas de la conservación en México y el mundo. Miguel Álvarez del Toro vivió en pleno centro de Tuxtla Gutiérrez. El inmueble pintado de rosa, resguarda en el tejido de su construcción el adobe y en sus pasillos retiene los recuerdos de aquel hombre que la habitó de 1945 hasta 1960. Don Miguel emprendió una admirable trayectoria profesional encaminada a descubrir y describir la riqueza biológica de aquel Chiapas feraz, que como él decía “es el paraíso para los naturalistas de corazón”. Naturalista Autor de siete libros y coautor de dos más, así como de más de 70 artículos en revistas especializadas, Álvarez del Toro recibió numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales y tres doctorados Honoris Causa. Sus libros le aportaron conocimientos teóricos de zoología y guiaron sus primeras incursiones en la taxidermia, bagaje que lo llevaría a convertirse, primero en peón del Museo de la Flor