“Es importante tener claridad en que existen parásitos internos y externos”, advierte el experto en epidemiología, James Gómez Montes, al tiempo de dar a conocer que la recomendación es desparasitarse dos veces al año. Detalla que hay diferentes tipos de medicamentos para diferentes tipos de parásitos intestinales: “Podemos tener parásitos, por ejemplo, como los áscaris lumbricoides, que es la lombriz común y corriente. Ese es un gusano que le llamamos nosotros nematodos. Para esos se utiliza un medicamento especial; tenemos otros parásitos que les llamamos protozoarios, como el caso de las amebas. En ese caso se utiliza otro tipo de medicamentos”. Revela que actualmente los medicamentos ya se venden combinados para poder evitar el uso prolongado, puesto que antes para las amebas frecuentemente se utilizaba el metronidazol, pero ese medicamento se tiene que tomar diez días y tiene un efecto antibiótico, además de que una de las reacciones es que genera tener la boca con una sensación de amargura, entre otras.
Resaltan importancia de la desparasitación para la salud
“Es importante tener claridad en que existen parásitos internos y externos”, advierte el experto en epidemiología, James Gómez Montes, al tiempo de dar a conocer que la recomendación es desparasitarse dos veces al año. Detalla que hay diferentes tipos de medicamentos para diferentes tipos de parásitos intestinales: “Podemos tener parásitos, por ejemplo, como los áscaris lumbricoides, que es la lombriz común y corriente. Ese es un gusano que le llamamos nosotros nematodos. Para esos se utiliza un medicamento especial; tenemos otros parásitos que les llamamos protozoarios, como el caso de las amebas. En ese caso se utiliza otro tipo de medicamentos”. Revela que actualmente los medicamentos ya se venden combinados para poder evitar el uso prolongado, puesto que antes para las amebas frecuentemente se utilizaba el metronidazol, pero ese medicamento se tiene que tomar diez días y tiene un efecto antibiótico, además de que una de las reacciones es que genera tener la boca con una sensación de amargura, entre otras.