AMFPro, quinto intento de unión

Los futbolistas mexicanos han sido tachados como trabajadores explotados, sobajados, que siempre han tenido sobre ellos la bota del patrón, o sea el directivo. Pero también han tenido grandes oportunidades para hacer valer sus derechos, para hacer escuchar su voz e ir hasta las últimas consecuencias. Sindicato es una palabra muy satanizada en el Futbol mexicano, tanto, que los intentos por establecerlo han quedado perdidos en el limbo, por presión de los directivos o por falta de valor de los futbolistas. En 1971, el ahora comentarista, Carlos Albert, quien jugaba en el Necaxa, fundó el Sindicato Único de Futbolistas Profesionales de la República Mexicana: “Me quisieron hacer lo que a todos, ponerme transferible y pagar el 50 por ciento del sueldo. Tomé la decisión de demandar, fui el primer futbolista en México en hacer una demanda legal y además la gané, aunque me costó casi 18 años”. Mas no fructificó como se quería: “Lo mataron (al sindicato) amenazando a los jugadores y nos corriendo a los que estábamos