Tigres estaba por romper el récord de más partidos de Liga MX sin perder en casa de manera consecutiva, había empatado con 29 la marca de Pachuca, pero este sábado en la Jornada 4 cayó 2-1 con Toluca en un duelo donde el arbitraje fue el protagonista. El central Roberto García Orozco no salió en su mejor noche, expulsó a Guido Pizarro con una roja directa inmerecida, dejando a los felinos con uno menos desde el minuto 22. Además, ese mismo cartón se lo perdonó a Enrique Triverio, quien después se encargaría de iniciar la voltereta en un juego que ganaban los de Tuca, que al 70’ se quedaron con nueve hombres con expulsión a Javier Aquino por reclamar al silbante. Los de la UANL iniciaron pasando por encima de su rival, tenían la posesión y las llegadas de peligro, Gignac tuvo dos claras para abrir el marcador, pero no llegó a la hora oportuna para rematar, pero sí al 14’ de acción cuando tras centro de Jürgen Damm de cabeza puso el 1-0. Al 17’ se dio la jugada en la que García Orozco perdonó a Triverio, quien
Tigres no logró récord en casa por culpa de Toluca
Tigres estaba por romper el récord de más partidos de Liga MX sin perder en casa de manera consecutiva, había empatado con 29 la marca de Pachuca, pero este sábado en la Jornada 4 cayó 2-1 con Toluca en un duelo donde el arbitraje fue el protagonista. El central Roberto García Orozco no salió en su mejor noche, expulsó a Guido Pizarro con una roja directa inmerecida, dejando a los felinos con uno menos desde el minuto 22. Además, ese mismo cartón se lo perdonó a Enrique Triverio, quien después se encargaría de iniciar la voltereta en un juego que ganaban los de Tuca, que al 70’ se quedaron con nueve hombres con expulsión a Javier Aquino por reclamar al silbante. Los de la UANL iniciaron pasando por encima de su rival, tenían la posesión y las llegadas de peligro, Gignac tuvo dos claras para abrir el marcador, pero no llegó a la hora oportuna para rematar, pero sí al 14’ de acción cuando tras centro de Jürgen Damm de cabeza puso el 1-0. Al 17’ se dio la jugada en la que García Orozco perdonó a Triverio, quien