El Espacio Escénico de Museo de la Ciudad de Querétaro se convirtió en un nosocomio francés del siglo XVIII. Con una escasa luz y utilizando los espacios del histórico recinto, el colectivo feminista de artistas Labios Superiores presentó la obra de teatro La noche de las alienadas, una obra que reflexiona sobre la locura femenina como un motivo para discriminar mujeres. Cerca de las 20:30 horas de la noche la función comenzó en uno de los patios del recinto. Poco a poco los espectadores entraron y se acomodaron en el espacio hasta crear un círculo. En el centro se encontraban unos libros sobre psicología y comportamiento humano. Poco a poco las actrices entraron a escena, interpretando el papel de mujeres con padecimientos mentales. “Solo encierran a las locas y a las putas”, gritó una de ellas. Después de comenzar la primera escena, inició una interpretación dancística. El espacio brillaba solamente por la luz de la luna. Compuesta en dos puestas separadas, en la que los espectadores hombres juegan el papel
Abordan estigmas de la locura femenina
El Espacio Escénico de Museo de la Ciudad de Querétaro se convirtió en un nosocomio francés del siglo XVIII. Con una escasa luz y utilizando los espacios del histórico recinto, el colectivo feminista de artistas Labios Superiores presentó la obra de teatro La noche de las alienadas, una obra que reflexiona sobre la locura femenina como un motivo para discriminar mujeres. Cerca de las 20:30 horas de la noche la función comenzó en uno de los patios del recinto. Poco a poco los espectadores entraron y se acomodaron en el espacio hasta crear un círculo. En el centro se encontraban unos libros sobre psicología y comportamiento humano. Poco a poco las actrices entraron a escena, interpretando el papel de mujeres con padecimientos mentales. “Solo encierran a las locas y a las putas”, gritó una de ellas. Después de comenzar la primera escena, inició una interpretación dancística. El espacio brillaba solamente por la luz de la luna. Compuesta en dos puestas separadas, en la que los espectadores hombres juegan el papel